Gauck dice que la ‘capacidad de acogida’ de su país es ‘limitada’. Se espera la llegada masiva de desplazados afganos. Los refugiados temen que Alemania cierre las fronteras.
Los incidentes comenzaron en el mostrador de comida de la cantina del albergue de refugiados de Calden, en Hesse. La disputa de un grupo de pakistaníes y otro de albaneses, en total unas 60 personas, terminó en una pelea y tuvo que acudir la policía para separarlos. El resultado de ese primer encontronazo fueron 8 heridos, pero apenas se replegó la policía y cayó la noche, el albergue se convirtió en un campo de batalla en el que unos 400 refugiados, todos contra todos, dieron rienda suelta a la violencia. Palos, piedras, cuchillos y tenedores del comedor servían como armas en una trifulca que la policía tardó varias horas en sofocar. El nuevo balance fue de 14 heridos graves, entre ellos 3 agentes.
No ha sido posible aclarar el origen de las diferencias. El alcalde de Calden, Maik Mackewitz, ha explicado que en ese albergue subsisten más de mil personas de 18 nacionalidades diferentes para justificar los constantes malentendidos y tensiones. Se ha optado por no realizar detenciones por miedo a encender una mecha que prenda por otros albergues y esta mañana el alcalde se esfuerza por encontrar alojamiento alternativo para varios de los refugiados que más violentos se mostraron, pero no es fácil porque la mayoría de las instalaciones están desbordadas. El incidente ilustra las dificultades con las que a diario se encuentra Alemania en la gestión de la recepción masiva de refugiados.
El presidente alemán, el independiente Joachim Gauck, ha reconocido que, pese a que el derecho de asilo no se basa en cuotas, la “capacidad de acogida” de su país es “limitada”, lo cual supone un “dilema fundamental”. Gauck, ex pastor luterano, aboga por establecer una “política de acogida humana” para el futuro, que se base tanto en la necesidad de los refugiados de huir de la guerra y la violencia como en el análisis sobre las capacidades reales del país de llegada. A su juicio, es problemático que no se estén construyendo suficientes viviendas para el número de refugiados que están llegando a Alemania, pero el gobierno estima que serán necesarias hasta 300.000 nuevas casas y esa cantidad de construcciones no puede ser improvisada de un día para otro. Se trata, además, de cifras posiblemente ya obsoletas.
Refugiados afganos
Tras la ola de refugiados sirios, que todavía no han terminado de llevar a Alemania, se espera en las próximas semanas la llegada masiva de desplazados procedentes de Afganistán, que están abandonando el país a un ritmo de unos cien mil al mes y que también quieren llegar a Alemania. Según el semanario ‘Der Spiegel’, la demanda de documentos para viajar hasta Berlín es tan alta en ese país, que las autoridades no alcanzan a imprimir y entregar la cantidad solicitada de pasaportes. Richard Danziger, de la Misión para Afganistán de la Organización Internacional para las Migraciones, confirma que los desplazados temen que Alemania cierre las fronteras cuando se alcancen las 800.000 llegadas, un rumor esparcido por los traficantes, y se apresuran a abandonar sus hogares antes de que no haya esperanza de entrada.
Mientras tanto, el caos en muchos albergues, aviva la resistencia de la ultraderecha alemana. El jefe de los servicios de inteligencia. Hans-Georg Maassen, presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, ha actualizado los datos de ataques a centros de acogida y son ya 22 en lo que llevamos de año. Sobre las manifestaciones contra la llegada de refugiados en varias ciudades alemanas este pasado fin de semana, Maasen ha especificado que “lo que vemos en la calle es la movilización de la extrema derecha, pero también de una parte de la extrema izquierda”. “Observamos”, advierte, que “casi todos los extremistas en Alemania, que sean de derecha, de izquierda o islamistas, se están radicalizando y volviéndose más violentos”.
Solamente este pasado fin de semana, el ejército alemán ha tenido que custodiar hasta su lugar de residencia, un antiguo supermercado reciclado a centro de acogida, a un centenar de refugiados que viajaban en dos autobuses. El viernes, un millar de personas se manifestaron en varias ciudades de Mecklemburgo-Pomerania Occidental contra la instalación de albergues y en Stralsund se registraron tres heridos en incidentes con contra manifestantes de izquierda. En Leipzig, unos 400 simpatizantes del grupo de ultraderecha ‘Ofensiva por Alemania’ se enfrentaron a un millar de contra manifestantes con intercambio de pedradas y petardos.