Los primeros rescatistas, que llegaron poco después del desastre, lograron sacar a un adolescente vivo de las ruinas. En tanto, aún no fueron identificados restos humanos encontrados.
El número de víctimas por el derrumbe de un edificio residencial de 12 pisos en la ciudad de Surfside, Florida, aumentó a 11 tras el hallazgo de otro cuerpo, informó la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, mientras que 150 personas siguen desaparecidas, entre ellas nueve argentinos.
“En las últimas horas, nuestros socorristas recuperaron a otra víctima. En total, el número de personas encontradas es ahora de 136. Con 150 desaparecidos. El número de muertes confirmadas es 11. Trágicamente, 11”, dijo en rueda de prensa la alcaldesa del condado de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, informó la agencia de noticias AFP.
El jefe de bomberos de Miami-Dade, Andy Alvarez, declaró a la cadena ABC que se habían encontrado “huecos dentro del edificio” donde se podían hallar sobrevivientes. “Nos aferramos a esa esperanza de poder rescatar a alguien vivo”, dijo.
Tras el colapso el jueves pasado de los 55 departamentos del complejo Champlain Towers, los bomberos del condado de Miami-Dade, apoyados por refuerzos de todo el estado de Florida, trabajaron para comenzar con las tareas de rescate.
Según los familiares de las víctimas, las operaciones entre los escombros de hierros y hormigón avanzan demasiado lentas, agregó AFP.
El jefe de bomberos de Miami-Dade, Andy Alvarez, declaró a la cadena ABC que se habían encontrado “huecos dentro del edificio” donde se podían hallar sobrevivientes. “Nos aferramos a esa esperanza de poder rescatar a alguien vivo”, dijo.
Según la información provista, hay 29 latinoamericanos de los que no se tienen noticias: nueve de Argentina, seis de Colombia, seis de Paraguay, cuatro de Venezuela, tres de Uruguay y uno de Chile.
“Parece lento, pero estamos avanzando lo más rápido posible”, dijo Maggie Castro, miembro de la Unidad de Búsqueda y Rescate Nº 1 del Departamento de Bomberos de Miami-Dade.
Añadió que “es una operación difícil” que está siendo interrumpida por tormentas eléctricas regulares y un incendio que llevó mucho tiempo controlar.
“Tenemos que buscar entre una enorme pila de escombros de manera metódica y estratégica”, dijo Castro, de 52 años y 17 como integrante del Departamento de Bomberos de Miami, y agregó que “hay áreas con posibles bolsas de aire donde puede haber sobrevivientes. Si nos precipitamos hacia los escombros de forma agresiva, destruimos esos espacios”.
Por su parte, el alcalde de Surfside, Charles Burkett, explicó que existe una “causa probable” para creer que podría haber un problema en el edificio gemelo del derrumbado, que ya fue evacuado voluntariamente, informó la agencia DPA.
En tanto, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció que investigadores del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST, por sus siglas en inglés) se desplazaron hasta la zona para investigar las posibles causas del derrumbe del edificio.
Los primeros rescatistas, que llegaron poco después del desastre, lograron sacar a un adolescente vivo de las ruinas. En tanto, aún no fueron identificados restos humanos encontrados.
Ante el lento aumento del número de víctimas pese a la magnitud de la tragedia, Castro dijo que las “personas probablemente estaban en la cama cuando sucedió”, por lo que hay pocas posibilidades de encontrar a muchas a la vez.
El viernes se desplegó maquinaria pesada, dos grúas y una excavadora, pero cuando se levanta una losa de concreto, los rescatistas “trabajan a mano, sacando los escombros con baldes”, explicó.
Las cuadrillas están utilizando diversos equipos y tecnología, incluidos sistemas de sonar subterráneos que pueden detectar víctimas y camiones grúa que pueden retirar enormes losas de concreto de la pila, precisó Andy Álvarez, jefe del Departamento de Bomberos de Miami-Dade a la cadena ABC, consignó la agencia ANSA.
Entre 50 y 60 rescatistas y unidades de perros trabajan constantemente en el sitio, con el respaldo de tecnología de imagen y sonido para localizar espacios de aire.
Moises Soffer, voluntario de la organización judeo-latinoamericana Cadena International, participa con Oreo, su perra pomsky de casi dos años, especialmente entrenada para encontrar supervivientes.
“La suelto y ella va a donde quiere. En huecos, espacios donde un adulto no puede ir, en lugares inestables gracias a su peso”, dice este mexicano, de 36 años.
Si Soffer detecta peligro, el reconocimiento se hace con la correa y la perra marca “la dirección” a seguir.
Oreo puede trabajar de cinco a seis horas seguidas, con interrupciones de 20 minutos, y en Surfside lo hace temprano durante la mañana y al final de la tarde debido al calor y la humedad.
Soffer no está autorizado a decir si su perra detectó supervivientes, aunque aseguró que se quedará “el tiempo que haga falta”.
Castro contó que durante las tareas de rescate escuchan “escombros que caen, metal retorcido, pero no hemos escuchado ruido humano”.
“Es difícil, agotador y emocionalmente pesado cuando trabajamos durante horas sin encontrar a nadie”, admitió.
Álvarez dijo que “esta es una búsqueda frenética para seguir viendo esa esperanza, ese milagro, para ver a quién podemos sacar con vida de este edificio”.
Las condiciones son “malas” y “no ideales” para los rescatistas debido al calor, la humedad y la lluvia, sostuvo.
“Ahora que tenemos esas enormes grúas estamos haciendo grandes levantamientos (de escombros). Eso nos ayudará a laminar este edificio casi como una cebolla, para que podamos entrar y, nuevamente, encontrar esos vacíos que sabemos que posiblemente podrían estar allí y rescatar a esas personas”, declaró.
Ante la impaciencia de las familias de las víctimas, incluidos muchos miembros de la comunidad judía, el condado dio la bienvenida a un equipo de especialistas israelíes, diez expertos que se integraron a los equipos de rescate que trabajan en el lugar.
Castro recordó que su unidad tiene experiencia: participó en los trabajos de búsqueda y rescate tras el terremoto de Haití en 2010 y en Nueva Orleans después del huracán Katrina, en 2005.
Algunos de los miembros de su equipo también participaron en operaciones de socorro luego de los atentados de Oklahoma en 1995, y del 11 de septiembre en 2001, en las torres gemelas de Nueva York.