El aumento salarial representa $ 10.000 millones anuales. Preocupa el efecto “contagio”.
Durante 2012 y a lo largo de este año, la mayoría de las provincias incrementó algunos de sus impuestos, llevando así la presión fiscal provincial a sus máximos niveles históricos. A la vez, la mayoría logró ajustar sus gastos por debajo de la inflación real, en especial los salarios de los empleados públicos. A pesar de este ajuste, las provincias van a cerrar este año con un déficit de sus cuentas públicas no menor a los $ 11.000 millones, según las estimaciones de la consultora Economía & Regiones.
Los últimos acuerdos salariales que se firmaron con las fuerzas policías contribuyeron a agravar este frágil panorama fiscal en las provincias. Para 2014, las perspectivas no lucen “tan benevolentes”, según la misma consultora especializada. Y enumera varias razones.
La primera es que -de no mediar una nueva refinanciación de sus deudas con la Nación- las provincias deberán hacer frente a los vencimientos de la deuda reprogramada con el Gobierno Nacional. Esto suma unos $ 10.000 millones.
Por otro lado, la consultora ACM estima que l os aumentos otorgados a las policías provinciales aumentan en $ 10.000 millones el gasto salarial en las fuerzas de seguridad por encima del que se preveía inicialmente con una pauta de incremento del 25%. “Así, nuestro escenario original de un déficit fiscal cercano a los $ 15.000 millones se ampliaría a cerca de $ 25.000 millones”, dice ACM.
Con la presión fiscal récord, “no hay margen que nueva ola de subas impositivas”, sostiene E & R. De todos modos, en este punto hay señales contradictorias. Por ejemplo, Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires no pudo aprobar la “contribución especial” del 18% sobre las partidas del impuesto inmobiliario. Pero Salta anunció el incremento las alícuotas de dos impuestos para afrontar los aumentos en los salarios de la policía. Y el caso más polémico se dio en Entre Ríos, donde el oficialismo en la Legislatura convirtió en ley un impuestazo que generó rechazo en todos los sectores. La norma dispone aumentos en los impuestos automotor, inmobiliario urbano y rural, servicios públicos, actividades productivas y de ocio.
“Si subir impuestos luce difícil, más aún lo será para las provincias contener la demanda salarial por segundo ejercicio consecutivo”, sostiene E&R y agrega que “cada punto de aumento salarial que otorguen las provincias, implicará un gasto consolidado de $ 2.200 millones anuales durante 2014”. Sobre esta base, si se otorgaran aumentos de entre el 26 y 30% para la totalidad de las áreas de la Administración Publica Provincial, “el déficit fiscal provincial podría rondar entre los $ 18.000 millones y $ 26.000 millones”.
El problema se agrava porque el gasto salarial representa, en promedio, 47% sobre el gasto tota l de las provincias, según un informe que publicó ayer el IARAF (ver infografía) A este déficit se suman vencimientos de deuda por $ 15.000 millones, lo que elevaría a entre $ 33.000 millones y $ 41.000 millones a las necesidades de financiamiento de las Provincias.
Este cuadro fiscal se complica porque las provincias reciben el 26% de la recaudación total nacional, incluyendo el Fondo Federal Solidario, 4 puntos menos que en el pasado, de acuerdo a los cálculos de IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal.
“Estos 4 puntos representan este año unos $ 35.000 millones”.
Lo que sucede es que, como dice ACM “por casa no andamos mejor”. También el Estado Nacional, con la presión impositiva récord, tiene un creciente déficit fiscal récord –del orden de los $ 120.000 millones- que como admitió el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich se financia con la emisión de moneda y préstamos del Banco Central y de la ANSeS. Un círculo vicioso que se retroalimenta y genera más inflación y depreciación del peso.