Desde hace dos semanas, la costa este de Australia registra lluvias torrenciales que provocan inundaciones y peligrosas riadas.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, declaró este miércoles (09.03.2022) la emergencia nacional por las inundaciones que azotan la costa este del país, que se ha cobrado 21 vidas y ha dejado millonarios daños materiales.
Esta es la primera vez que el país declara la emergencia nacional a raíz de una catástrofe natural, legislada en 2020 tras una serie de devastadores incendios, “por el severo temporal y las inundaciones en (las regiones de) Nueva Gales del Sur y Queensland“, dijo Morrison en una rueda de prensa.
Morrison acudió hoy a la localidad de Lismore, una de las más afectadas por la catástrofe y situada a unos 600 kilómetros al norte de Sídney, donde fue recibido por un grupo de manifestantes que se quejaron sobre la lenta respuesta de las autoridades.
Esta declaración, que deberá contar con el visto bueno protocolar del gobernador general australiano, David Hurley, permitirá que las autoridades australianas usen poderes especiales de emergencia para acceder con mayor rapidez a los recursos disponibles con el objetivo de ayudar a las zonas devastadas por la catástrofe.
Ayudas financieras
Desde hace dos semanas, la costa este de Australia ha registrado lluvias torrenciales que han provocado inundaciones y peligrosas riadas, que se han cobrado la vida de ocho personas en Nueva Gales del Sur y trece en Queensland.
Morrison, quien anunció hoy más ayudas financieras y la extensión de subsidios para los damnificados, recalcó que entiende el descontento y las protestas realizadas por varios habitantes de Lismore porque han tenido que afrontar un evento que sucede “una vez cada quinientos años”.
Entretanto, en Sídney varias localidades del oeste de la urbe siguen hoy a merced de las inundaciones, mientras que los residentes de las playas del norte se recuperan de las fortísimas trombas de agua que invadían ayer como ríos las calles y carreteras y los posteriores corrimientos de tierra.
Durante la presente jornada se esperan vientos de hasta 90 kilómetros en Sídney, lo que podrían causar el derribo de árboles en esta metrópolis, en donde han caído 900 milímetros de lluvia desde principios del año, el mayor volumen desde la década de 1950.
El Gobierno de Australia, que ha pagado subvenciones por desastre a unas 330.000 personas afectadas por las inundaciones, ha desplegado unos 4.400 soldados en Nueva Gales del Sur y Queensland para realizar tareas de limpieza y reconstrucción, según fuentes militares.