Australia introdujo leyes estrictas para combatir los crímenes de odio, introduciendo sentencias mínimas obligatorias para una variedad de delitos de terrorismo y la exhibición de símbolos de odio, luego de una serie de ataques antisemitas en Sydney y Melbourne.
Las nuevas leyes aprobadas este jueves endurecen el castigo por crímenes de odio, incluyendo sentencias mínimas de seis años de prisión por delitos de terrorismo y sentencias de al menos 12 meses por crímenes de odio menos graves, como hacer el saludo nazi en público.
La legislación también crea nuevos delitos por amenazar con el uso de la fuerza o la violencia contra grupos y personas específicos en función de su orientación sexual, identidad de género, discapacidad, religión o etnia.
Los cambios fueron propuestos por primera vez por el Gobierno laborista del primer ministro Anthony Albanese el año pasado en medio de un aumento en los ataques antisemitas y pedidos de penas más duras para los infractores. En ese momento, la legislación propuesta no incluía la sentencia obligatoria, a la que Albanese se había opuesto vehementemente anteriormente.
Sin embargo, esta semana el Gobierno finalmente cedió tras las críticas de los oponentes políticos de Albanese de que no estaba haciendo lo suficiente para combatir el antisemitismo.
Cuando se le preguntó si había “dado marcha atrás” en el tema, el primer ministro dijo a Sky News, afiliada de CNN, que quería que las personas “involucradas en el antisemitismo rindan cuentas”.
El Consejo Jurídico de Australia dijo que estaba “extremadamente decepcionado” por la inclusión de la sentencia obligatoria.
“Las leyes de sentencias obligatorias son arbitrarias y limitan el derecho del individuo a un juicio justo al impedir que los jueces impongan una pena justa basada en las circunstancias únicas de cada delito y delincuente”, dijo la presidenta del consejo, Juliana Warner, en un comunicado.
Muchos entre los 117.000 judíos que componen la población de Australia están ansiosos después de una serie de ataques antisemitas en sus dos ciudades más grandes, Sydney y Melbourne, incluidos ataques incendiarios a una guardería y sinagogas, así como esvásticas garabateadas en edificios y automóviles.
A fines de enero, las autoridades dijeron que habían frustrado un posible ataque con “muchas víctimas” con el descubrimiento de un remolque lleno de explosivos en el noroeste de Sydney y “algunos indicios” de que iba a ser utilizado contra objetivos de la comunidad judía.
Aunque se han asignado investigadores estatales y federales a grupos de trabajo especiales para realizar arrestos, los líderes judíos han estado exigiendo más acciones por parte de los funcionarios del Gobierno.
Las autoridades están investigando más de una docena de “acusaciones graves” entre más de 166 informes de ataques antisemitas recibidos desde mediados de diciembre, cuando se formó la Operación Especial Avalite para abordar el creciente antisemitismo.
Los agentes están buscando más allá de los sospechosos acusados de llevar a cabo los crímenes, a “actores extranjeros” que pueden haber pagado por sus servicios, añadió la Policía.