La Comisión de Salud del Senado provincial dio el visto bueno al proyecto que propone su uso terapéutico.
Mientras el uso de marihuana con fines terapéuticos parece avanzar a paso firme en distintos puntos del globo, en las últimas horas fue aprobado por la Comisión de Salud del Senado bonaerense el proyecto de ley para que el aceite de cannabis se incorpore al vademécum de la salud pública provincial.
Concretamente, el senador Darío Díaz Pérez es el autor del proyecto y quien organizó para el 15 de noviembre un encuentro en la cámara alta con la participación de legisladores nacionales, provinciales y médicos especialistas en el tema.
El proyecto de Ley presentado por el senador del PJ tiene como objetivo incorporar al vademécum de Salud Pública de la Provincia de Buenos Aires, como medicamento alternativo, el denominado aceite de cannabis para el tratamiento del síndrome de Dravet (epilepsia) y otras patologías, su incorporación con el mismo alcance a la obra social “IOMA”, y sugerir al resto de las obras sociales la incorporación del medicamento en sus respectivos vademécum.
Cabe mencionar que, según surge de antecedentes en la materia, la denominada planta de cannabis se utilizó por miles de años en distintas culturas alrededor del mundo para distintos fines, entre ellos la medicina. A su vez, el tratamiento con aceite de cannabis, de enfermedades como la epilepsia, han tomado mayor estado público con motivo del denominado caso Charlotte, una niña norteamericana que tenía epilepsia y que se convirtió en la primera persona con derecho a utilizar cannabis con fines medicinales en Colorado, EE.UU.
En varios países se ha legalizado el uso de este aceite y/o sus derivados. Ya el año pasado, por ejemplo, Colombia la legalizó por medio de un decreto firmado por el presidente Juan Manuel Santos, que reguló el cultivo y la importación del cannabis y sus derivados. Se sumó así a Uruguay, México y a 23 estados de Estados Unidos de Norteamérica que permiten el uso de la planta con fines terapéuticos.
En Argentina, en el último Congreso de Neurología que se llevó a cabo en Mar del Plata, se realizó por primera vez una mesa redonda sobre cannabis y epilepsia, que coordinó la médica e investigadora del Conicet Silvia Kochen, y donde participaron pacientes que buscaban un cambio en la legislación vigente para que se autorice el uso compasivo del cannabis.
“Alrededor de un 30 % de los pacientes con epilepsia no responden al tratamiento con fármacos y no son candidatos al tratamiento quirúrgico. Esta situación se asocia a severas consecuencias en la calidad de vida y a un aumento en la mortalidad”, explicó Kochen.
“Para este grupo de pacientes, en los últimos años se ha demostrado que el tratamiento basado en la planta de cannabis, en especial el cannabidiol, uno de los componentes con mayor presencia en la planta, es efectivo, bien tolerado y seguro en chicos y adultos”, explicó la especialista.
El tema, vale recordar, tuvo un impulso fuerte a principios de este año, cuando la propia ANMAT autorizó al país el ingreso de aceite de cannabis destinado al tratamiento de una nena con epilepsia. El caso tuvo amplia repercusión y generó que varios médicos salieran a decir que no era necesario importar ese aceite -cuyo costo no es nada económico-, cuando en el país se podría producir sin problemas y generando incluso un polo científico de avanzada sobre el tema (General Lamadrid es una de las localidades bonaerenses que se ofrecen para plantar y producir el cannabis).
Uno de esos médicos es el profesor platense y especialista en medicina del dolor Marcelo Morante, quien explicó en varias oportunidades que las moléculas de los especímenes de cannabis sativa pueden colaborar a la hora de brindar soluciones a personas que sufren enfermedades muy graves. “Hay patologías que generan una dificultad en el manejo del síntoma -detalla Morante-. Ante esto, la sociedad médica se ve obligada a seguir indagando en determinadas moléculas. Y hay evidencias que indican que en los derivados canabinoides existe una alternativa que no es de primera línea pero sí una opción al dolor refractario y a los vómitos, algo que no puede ser manejado con otras drogas. Estos derivados no crean un efecto distinto que no sea modificar o intensificar el efecto de nuestras propias moléculas endógenas. Esto significa que tenemos que investigar con nuestro propio sistema”.
A la hora de hablar del tema, el especialista platense también hizo hincapié en que es un deber de la Universidad local poder brindar un marco analítico a esta realidad, aunque no descartó que la política es el principal actor a la hora de regular su uso. Sobre esto, detalló que los medicamentos derivados de la marihuana ya se están utilizando en países como Canadá, donde su aplicación está completamente regulada. “Canadá es una sociedad muy evolucionada desde el punto de vista médico -aportó Morante-. Ellos tienen una regulación que plantea la producción de marihuana a través de empresas que tienen una licencia otorgada por el gobierno”.
La primera
Chubut fue la primera provincia en incluir el aceite de cannabis en el sistema de salud. Su gobernador Mario Das Neves promulgó el mes pasado la ley “I N°588” por la cual se incorpora ese producto al vademécum de la salud pública para el tratamiento de epilepsia.