Estudios recientes de la OMS, indican que se consume más de un 10% de azúcar de forma habitual. Por su parte, la ingesta de sal debería pasar desde los 10 gramos al día actuales a 5 y así evitaría, cada año, unos 20.000 accidentes cerebrovasculares y unos 30.000 eventos cardiacos.
En 2003, la Organización Mundial de la Salud, aconsejó no sobrepasar el 10% de nuestra ingesta energética a partir de azúcares. Sin embargo, habitualmente se consume entre el 16% y el 36%, según la EFSA.
El exceso de azúcar causa la caries, pero también está relacionado con otras enfermedades bucodentales, como el mal desarrollo del esmalte, erosión dental, periodontopatías. También se relaciona con la obesidad, que puede llevar a sufrir enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 o algunos tipos de cáncer.
En enero de 2012 se publicó en la revista British Medical Journal, uno de los análisis más importantes sobre el exceso de azúcar. En él se parte de estas dos premisas: “Las ingestas excesivas de azúcares dietéticos se han relacionado con la obesidad y con un mayor riesgo de enfermedades crónicas”. “La asociación más consistente es la observada entre una ingesta elevada de bebidas azucaradas y el desarrollo de la obesidad”. Y en el mismo, la conclusión fue que “la ingesta de azúcares o de bebidas azucaradas es un determinante del peso corporal”.
El último estudio, realizado sobre este tema fue el de la Universidad de Harvard, que, en la edición de octubre de 2013 de la revista American Journal of Clinical Nutrition, publicó que el consumo de bebidas azucaradas “promueve la ganancia de peso en niños y adultos”. Según el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, estas bebidas se asocian con 180.000 defunciones por enfermedades crónicas en adultos cada año, 6.000 de las cuales son por cáncer. Sucede algo parecido con el riesgo cardiovascular o las posibilidades de sufrir diabetes tipo 2.
En cuanto a la sal, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) considera que una reducción desde los 10 gramos al día actuales a 5 evitaría, cada año, unos 20.000 accidentes cerebrovasculares y unos 30.000 eventos cardiacos. También que el 45% de infartos y el 50% de ictus están asociados al consumo excesivo de sal.
La OMS, por su parte, estima que podrían evitarse hasta 2,5 millones de muertes al año si el consumo de sal se redujera a los niveles recomendados. La revista New England Journal of Medicine dijo que disminuir la ingesta a tan sólo 3 gramos al día ejercería el mismo beneficio que eliminar el tabaquismo, y evitaría, sólo en Estados Unidos, unas 92.000 muertes al año.