Los comicios locales que se celebran este domingo en Hong Kong están registrando un acusado descenso de la participación.
La abstención protagonizó las controvertidas elecciones legislativas hongkonesas celebradas este domingo que, bajo el nuevo sistema electoral impuesto por Pekín, acabó con la oposición prodemocrática fuera del Parlamento. Más de 4,5 millones de hongkoneses estaban llamados a votar hasta entrada la noche en unos comicios a los que solo podían presentarse quienes un comité creado ‘ad hoc’ considerase “patriotas”.
La participación fue incluso menor que en los últimos comicios de hace cinco años: hacia las 20:30, hora local (12:30 GMT), habían votado 1,24 millones de personas, el 27,92 %, por los 1,8 millones de 2016, el 47,83 %.
Esta abstención viene acompañada de una sensación de apatía generalizada como resultado de que la posición prodemocrática no tendrá escaños en el Parlamento hongkonés, algo insólito desde que Hong Kong pasó de soberanía británica a china en 1997. Algunos de los candidatos prodemocráticos de pasadas elecciones están en prisión, exiliados, han sido vetados o han decidido no presentarse.
Algunos de los candidatos prodemocráticos de pasadas elecciones están en prisión, exiliados, han sido vetados o han decidido no presentarse. Formaciones opositoras que antes tenían representación, como el Partido Democrático, rechazaron comparecer y, al margen de los candidatos favorables a Pekín, solo optaban a escaños una decena de candidatos considerados moderados o independientes.
Anteriormente, estos comicios ya favorecían a una élite favorable al Gobierno chino, pero con el nuevo modelo el número de representantes elegidos por sufragio directo cae de 35 a 20 a escaños. Aumentan igualmente a 40 los diputados designados por un Comité Electoral, afín a Pekín, y a 30 los designados como representantes de diversos sectores empresariales y profesionales. En total, el Parlamento lo ocuparán 90 escaños por los 70 que tenía hasta ahora.
China unió esta reforma electoral a la ley de seguridad nacional adoptada el año pasado tras un 2019 de multitudinarias protestas antigubernamentales y que ha provocado detenciones y penas de cárcel de numerosos activistas, mientras otros han optado por marcharse de la ciudad.
“Estas elecciones no tienen ningún sentido”
Las elecciones, que se aplazaron durante más de un año oficialmente debido a la covid, transcurrieron sin incidentes bajo la atenta mirada de los más de 10.000 agentes desplegados por la urbe financiera para evitar disturbios. “Todo demasiado tranquilo. Los candidatos tampoco es que transmitan demasiado”, comentó a Efe una votante de unos 50 años tras emitir su voto en el distrito de Wan Chai.
La votante, de nombre Chan, agregó que acudió a las urnas para cumplir con su “responsabilidad como ciudadana”, argumento que también utiliza otro residente, un hombre de 70 años que dice haber votado siempre en las legislativas celebradas en la ciudad. En cuanto a las novedades, por primera vez se instalaron mesas de votación en varios puestos de control fronterizos, lo que permitió que un total de 111.000 hongkoneses que residen en la China continental participaran en la votación.
Otra fue el transporte público gratuito para los ciudadanos, en un intento de promover la participación. “Una medida del todo innecesaria, ya que a la mayoría de las personas los colegios electorales les cae de cerca de casa y no tienen que tomar el transporte público para llegar”, comenta Nikki, una empleada de 24 años que optó por no votar.
“Voté anteriormente, pero hoy no. No creo que ninguno de los candidatos de mi circunscripción represente a la gente. Están del lado de los que están en el poder. La verdad es que no le veo sentido a esta elección”, asevera.
El Gobierno saca pecho
Después de emitir su voto por la mañana, la jefa del Ejecutivo hongkonés, Carrie Lam, afirmó que no le preocupaba especialmente una baja tasa de participación, y que si los hongkoneses votaban o no dependía “de una multitud de factores”.
No obstante, el Gobierno ha pedido a los residentes que voten para ayudar a “crear un Hong Kong mejor” y evitar que “los alborotadores, las fuerzas extranjeras y las destructivas prevalezcan”.
El Ejecutivo opina que las leyes aprobadas y las causas judiciales han traído paz a la ciudad mientras que el movimiento que hace apenas dos años reclamaba en las calles hongkonesas una mejora de su sistema democrático ve hoy a sus principales activistas en prisión, a lo que hay que sumar también el desmantelamiento forzoso de organizaciones de la sociedad civil.
En todo este proceso también se resintió la prensa, con el cierre de Apple Daily como el caso más sonado de todos, lo que ha llamado la atención del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) o de Reporteros sin Fronteras (RSF), que ha pedido a las democracias que tomen medidas para obligar a China a cambiar sus políticas de represión mencionando expresamente el empeoramiento de la libertad de expresión en Hong Kong.