María, vecina del Barrio Libertad, habló esta mañana en la 99.9 sobre la situación de sus dos hijos, que fueron baleados para robarles la moto y luego porque hicieron la denuncia. Los violentos son los Chávez y los Santana, que comparten el control de la zona. “Fuimos a la comisaría y no nos quisieron tomar la denuncia”, indicó.
Se sabe que los barrios de la ciudad atraviesan una situación de inseguridad muy particular. Pero cuando esos relatos se personifican y dejan de ser un titular más, realmente la situación parece desbordada y congela la sangre.
Esta mañana en la 99.9 habló María, una vecina del Barrio Libertad que ha vivido una situación muy grave y que sigue sufriendo todavía por estas horas. Ella misma relató: “tengo un hijo que cumplió 21 y otro de 19. El más chico fue baleado el año pasado en la cara para robarle la moto, un conocido del barrio que vive a dos cuadras de donde estamos nosotros. Esa causa sigue en la Fiscalía número 8. Supuestamente estaba citada el 12 de julio esta persona; dejando de lado la causa, estas personas siguen siendo los dueños del barrio”. Luego abundó: “no se puede andar porque te roban por todos lados. Mi hijo estuvo en La Plata operado del oído porque lo perdió. En marzo se le ocurrió salir a un cumpleaños, lo agarró el mismo tipo con un grupo más grande, lo balearon en el brazo; y al hermano, también. Todas las denuncias están hechas”.
En el marco de esa difícil situación, hay otros delitos que se encadenan con las amenazas y las agresiones específicas. “Ahora esta gente ha tomado una casa en Ituzaingo y 222, sacaron a la gente que compró la casa a punta de pistola y ahora son los dueños. Ahora es de Sergio Chávez, que es quien aprieta a la gente para que abandone la casa y después pone a los hermanos Santana para que vivan ahí”, contó María. Y aclaró de dónde viene la historia entre estas dos familias: “los Chávez antes estaban enfrentados con los Santana, pero ahora están aliados porque les robaron droga. Para pagar lo que robaron, los Chávez decidieron tomar la casa y la trabajan los Santana como pago. La casa está tomada para la venta de droga”.
Los dos hechos en los cuales balearon a sus hijos recayeron en distintas fiscalías, que actuaron de distintas maneras. “La Fiscalía número 7 se hizo cargo de lo último que pasó y, por lo que sé, va a juicio. Pero la anterior fue en la Fiscalía 8 y nunca hicieron nada. Hubo amenazas, pasaron frente de mi casa a los tiros diciendo que retire la denuncia”, agregó María.
Pero lamentablemente, no todo terminó allí. Las agresiones continuaron y la vecina, sin medir consecuencias, se enfrentó con los delincuentes. “El sábado a las 3 de la tarde mi hijo fue a la casa del novio de la hermana y cuando intentó volver, estos tipos lo volvieron a correr a los tiros. Cuando me avisaron, les dije que yo iba a buscarlos. Cuando salí lo hice con un pedazo de palo de escoba en la mano y me encontré con este tipo y otros dos amenazándome con un arma que me iba a matar a mí y a mis hijos porque los había denunciado. Me enceguecí y salí sin medir las consecuencias, me enfrenté con Ramón Santana, sacó un arma y me apuntó. Acá saben todos quién es. Lo único que atiné fue a seguir para adelante y le pegué con el palo en la mano, se lo rompí en el brazo donde tenía el arma y salió corriendo. Después, desde la esquina tiraron tiros, cuando yo ya había llegado a mi casa”, relató.
Este “clan” de delincuentes, además, parece tener la connivencia de los funcionarios policiales que ni siquiera quisieron tomar la denuncia: “en la comisaría no quieren tomarte la denuncia. La persona que tenía que tomarles la denuncia a mis hijos empezó a tratarlos mal y a decirles que o lo arreglaban ellos o lo arreglamos nosotros. No le dijeron nada, se levantaron y se fueron. Después, me atendió el comisario; me tomaron la denuncia a mí pero me dijo que estaba muy cansado de lo que pasa en el barrio, aunque no hacen nada”, concluyó María.