Carlos de Inglaterra visita la isla, que en la medianoche de este martes cambiará su forma de Gobierno.
“La Reina ha venido de Inglaterra para darnos la libertad”, cantaron cerca de 70.000 barbadenses de origen africano, en 1838, cuando se abolió finalmente la esclavitud en esta colonia británica del Caribe.
Mucho ha cambiado en Barbados la versión de su historia y la atribución de responsabilidades desde entonces. En la medianoche del 30 de noviembre de 1966, la isla conquistó su independencia, aunque permaneció como miembro de la Commonwealth (Comunidad de Naciones) y eligió la monarquía parlamentaria y constitucional como forma de gobierno. Isabel II continuó como jefa de Estado de la joya de la corona de los dominios británicos de ultramar. Este martes, 55 años, después, en la misma medianoche, surgirá la república más joven del mundo.
El heredero de la corona británica, Carlos de Inglaterra, visitó la isla y pronunció en los minutos posteriores a las 0 hoy (hora local de Barbados) un discurso ante las autoridades de la flamante república: “En el momento en que cambia vuestro modelo constitucional, era muy importante para mí estar con ustedes para reafirmar todas las cosas que no cambian”, afirmó el hijo de la reina, “como los miles de conexiones entre las gentes de nuestros dos países, a través de los que fluyen la admiración, el afecto, la cooperación y las nuevas oportunidades”.
Sandra Mason, abogada, jueza y hasta ahora gobernadora general de Barbados —y como tal, representante oficial de Isabel II en la isla— pasará a ser la primera presidenta de la nueva república. Dos tercios de los parlamentarios de las Cámaras alta y baja del país la eligieron en el mes octubre. “Los barbadenses quieren a uno de sus compatriotas como jefe del Estado. Es la afirmación última de confianza en nosotros mismos, en quiénes somos y en todo lo que somos capaces de alcanzar”, dijo Mason a los diputados en un discurso pronunciado en nombre de la primera ministra, Mia Mottley, líder del Partido Laborista de Barbados.
Dos mujeres para decir adiós a otra mujer. Pero Barbados ha querido evitar que sea un adiós doloroso. Por eso ha invitado a Carlos a la ceremonia de proclamación de la república, y desde las instituciones se busca evitar a toda costa cualquier tipo de desagravio a la monarca, de 95 años, y que ha visitado la isla hasta en cuatro ocasiones durante su reinado.
Barbados seguirá formando parte de la Commonwealth, aunque esta alianza de antiguas colonias tiene cada vez una imagen más débil y difusa, a pesar de que Isabel II haya hecho de ella un objetivo prioritario de su mandato durante estas décadas.
El movimiento global Black Lives Matter ha dado además un nuevo impulso a las exigencias de reparación económica que muchas asociaciones y políticos barbadenses dirigen al Reino Unido.
La riqueza de Barbados, una de las islas caribeñas más británicas que existe por su idioma, instituciones, cultura y tradición, se cimentó en gran parte con el tráfico y la mano de obra de los esclavos africanos, que trabajaban sobre todo en las plantaciones de tabaco y azúcar.
“La familia real se benefició de la esclavitud en Barbados. La visita de Carlos de Inglaterra es un insulto y estoy muy irritado”, ha dicho David Denny, secretario general del Movimiento Caribeño por la Paz y la Integración, uno de los principales impulsores de las protestas previstas en la isla ante la llegada del príncipe de Gales. “No es solamente dinero lo que reclamamos. Exigimos disculpas y ayudas concretas, porque la reparación es necesaria para transformar nuestra sociedad”, ha añadido Denny.
Cerca de 600.000 de los más de 12 millones de personas arrebatadas de sus hogares en África y destinadas a la esclavitud acabaron en Barbados. “Les deseo la mejor de las suertes, y confío en que sus acciones sirvan para despertar la conciencia del príncipe Carlos”, ha dicho, en referencia a los manifestantes, Trevor Prescod, el presidente de la Comisión Nacional para las Reparaciones, designado directamente por la primera ministra Mottley.
En la reciente Cumbre del Cambio Climático, la COP26 celebrada en Glasgow, Prescod y Carlos de Inglaterra mantuvieron una reunión. El heredero de la corona británica ya calificó públicamente de “atrocidad” el papel de su país en el tráfico de esclavos, durante una visita a Ghana en 2018. Nunca ha admitido, sin embargo, el beneficio directo de esta práctica que obtuvo la familia real.
Eso persiguen muchos de los principales activistas del movimiento de reparación en Barbados. Algunas empresas británicas, como la aseguradora Lloyd’s o la cervecera Greene King, cuyos fundadores fueron propietarios de amplias plantaciones en el Caribe, han ofrecido sus disculpas y aportado ayuda financiera a organizaciones que promueven la diversidad y la inclusión.