La co-creadora del podcast “En Tus Zapatos” que comparte con su amiga musulmana Melody Kabalan, habló en la 99.9 sobre la importancia de humanizar lo que está sucediendo.
El video podcast “En Tus Zapatos” es tan original como revelador para un tema muy sensible. Dos amigas, una judía y otra musulmana, decidieron hacer públicas sus conversaciones en medio de un conflicto que escala en violencia luego del 7 de octubre del año pasado.
Bárbara Zeifer, es una de ellas que, como judía disfruta de abrir el debate junto a Melody Kabalan en esta particular forma de expandir el conocimiento de ambas religiones y lo que tienen en común, más allá de aquello que las separa. En diálogo con la 99.9 indicó que “es un espacio único para mí y es un placer hacerlo con mi amiga, con Melody. Somos amigas desde hace ya seis o siete años, y fue una amistad que surgió de una manera inesperada. Cuando la conocí, estudiando resolución de conflictos, habiéndome criado con la idea completa, siempre adentro de la comunidad judía de Buenos Aires, escuela judía, club judío y nunca había conocido a un musulmán en la Argentina. Cuando la conocí a ella pensé que no teníamos absolutamente nada que ver y poco a poco nos fuimos dando cuenta de que éramos muy similares en muchísimos aspectos, que la religión era solamente uno de los aspectos de nuestra identidad, pero no el único. Teníamos mucho en común y nos llevábamos muy bien y construimos suficiente confianza como para poder hablar abiertamente de los temas que más nos preocupaban y que sabíamos que eran muy espinosos. Quienes escuchen el podcast van a ver que son conversaciones que no se suelen escuchar porque son desde el respeto, desde el cariño, desde la amistad, desde la confianza, que eso es lo que falta tanto en nuestra sociedad, encontrarnos con aquellos que piensan distinto, sea sobre este tema o sobre cualquier otro, y estar dispuestos a escuchar, no para opinar, sino para tratar de entender por qué el otro piensa de esa manera”.
Para Zeifer es necesario plantear un punto distinto de vista para zanjar estas diferencias y no reafirmar el odio y la violencia como común denominador: “si no hacemos algo para cambiarlo, va a seguir creciendo y creciendo el odio, porque la violencia trae más violencia y el odio trae más odio y realmente estoy muy preocupada por el crecimiento de la efervescencia y la violencia que está adquiriendo el antisemitismo en todo el mundo. Pensando estratégicamente cómo podemos hacer para frenar esto o qué vamos a hacer distinto para obtener resultados distintos; me parece que la única manera de desarmarlo es conocernos porque lo que generan los medios, las redes sociales, el algoritmo, es que cada uno solamente ve una porción de la realidad, ve siempre la información que reafirma sus creencias. Ahí estamos muy cómodos, donde nosotros somos los que tenemos razón y los otros son los que están equivocados. Nosotros somos los buenos, los que hacemos todo bien, y ellos son los malos que hacen todo mal. En esa postura es muy fácil perderle el respeto al otro, porque lo deshumanizamos, porque pensamos que es un monstruo irracional, malvado, que solamente quiere hacernos daño por sadismo. Si el otro es ese monstruo y le quitamos todo rasgo de humanidad, podemos maltratarlo, perseguirlo, amenazarlo, asesinarlo y demás”.
Para su propia experiencia, entender ese aspecto fue clave para tener una relación de amistad con Melody Kabalan que pensó que nunca sería posible: “del otro lado también hay personas con sentimientos, con emociones, con historias, que probablemente reciben otra información todos los días en sus redes sociales, probablemente fueron educados en otra narrativa, en otro marco y entonces tenemos que tratar de ponernos el zapato del otro, tratar de entender, no para estar de acuerdo, no porque busquemos estar de acuerdo, sino porque tenemos que tratar de entender y de volver a dotarle de humanidad a esa otra persona que está del otro lado y que también sufre y se enoja al igual que nosotros. Hay algo que tenemos en común israelíes y palestinos y libaneses, y tenemos en común judíos, musulmanes y todos aquellos que estamos ocupados en la diáspora; es el sufrimiento. Si podemos construir una narrativa de aquellos que sufrimos la guerra, más allá de qué lado la sufrimos, todos estamos preocupados por lo que está pasando allá, a todos nos duele cuando se pierde una vida, a todos nos duele estar pendientes de escuchar que cae una bomba de un lado o del otro. Entonces es algo que tenemos en común y sobre lo que podemos construir una identidad también aquellos que sufrimos la guerra y que no queremos más violencia”.
Por último, Bárbara se refirió a la manera en la cuál Israel está viviendo este particular momento de la historia: “la comunidad judía, como también la comunidad islámica, vienen sufriendo mucho este año, a partir del 7 de octubre. Una comunidad muy golpeada por la angustia, por el miedo, por el enojo, las emociones están muy a flor de piel. Ha surgido como un nacionalismo muy fuerte a raíz de lo que sucedió el 7 de octubre y en ese marco es difícil abrirse porque estamos como en la defensiva, estamos como muy atentos a que esto no nos vuelva a pasar, a que no pase en Israel, que no vuelva a pasar la diáspora. No es como el momento de mayor apertura para encontrarse con el otro, es algo que está ocurriendo mucho en Israel, donde la variedad de opiniones es mucho más grande y donde hay de todo. Están los familiares de los secuestrados, porque todavía siento secuestrados israelíes en la franja de Gaza. Están los familiares y los secuestrados que marchan todos los sábados para pedir un cese al fuego, negociaciones, que se termine la guerra y que traten de hacer que vuelvan sus familiares por la vía diplomática y están quienes dicen tenemos que garantizar la seguridad de nuestra población a toda costa, cerrar nuestras fronteras. Allá está bastante más abierto el debate de lo que está acá, porque esto es una comunidad que a la distancia siempre fue muy sionista y está la defensiva. Nosotros tuvimos una excelente recepción en la comunidad. Estamos yendo a hablar a todas las instituciones, nos escriben para que vayamos a conversar y están de a poquito abriéndose a escuchar también estas otras historias, que no son las más marketineras, que no son las que dan más likes en las redes sociales porque no son tan amarillista”.