El artista británico también arremetió contra Twitter, YouTube y Google al afirmar que son “la mayor máquina de propaganda de la historia”.
El actor, guionista y director de cine británico Sacha Baron Cohen arremetió contra los gigantes de las sociales Facebook, Twitter, YouTube y Google al afirmar que son “la mayor máquina de propaganda de la historia”, y que promueven el odio y la violencia en la sociedad.
El artista lo dijo en su discurso de apertura de la gala de la Liga Anti-Difamación, que tuvo lugar en Nueva York (EEUU) el pasado jueves.
“Piénsenlo. Facebook, YouTube y Google, Twitter y otros: llegan a miles de millones de personas. Los algoritmos de los que dependen estas plataformas amplifican deliberadamente el tipo de contenido que mantiene a los usuarios interesados: historias que atraen nuestros instintos más bajos y que provocan indignación y miedo”, denunció Baron Cohen.
El hombre ha dado vida en el cine y la televisión a personajes como Borat, Ali G o Bruno, todos cruzados por el sarcasmo más feroz, se centró en criticar, en particular, al director general de Facebook, Mark Zuckerberg, por publicar en su plataforma anuncios políticos sin verificar.
“Si uno les paga, Facebook publicará cualquier anuncio ‘político’ que desee, incluso si es una mentira. E incluso le ayudarán a microorientar esas mentiras a sus usuarios para obtener el máximo efecto”, subrayó.
“Bajo esta lógica retorcida, si Facebook hubiera existido en la década de 1930, le habría permitido a (Adolf) Hitler publicar anuncios de 30 segundos de su ‘solución’ al ‘problema judío'”, continuó en referencia al Holocausto, la exterminación de los judíos perpetrada por la Alemania nazi.
En esta línea criticó a los gigantes de Internet por no actuar en contra de sus usuarios que niegan el Holocausto. “Todavía hay negacionistas del Holocausto en Facebook, y Google aún lleva a los sitios web donde se niega el Holocausto. En Internet todo puede parecer igualmente legítimo”, lamentó.
En este contexto, el actor reclamó concluir con estas prácticas y a Facebook, que comience a verificar los anuncios políticos antes de difundirlos, detener “las mentiras microdirigidas de inmediato, y cuando los anuncios sean falsos”, devolver el dinero y no publicarlos.