Se trata en todos los casos de astrónomos del CONICET local, quienes fueron homenajeados así junto a otros colegas.
En el Sistema Solar existe más de un millón de asteroides cuyas órbitas pudieron ser determinadas. Cada tres años, el Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional designa la nomenclatura de algunos de esos cuerpos, remanentes del proceso de formación de los planetas, en homenaje a los expertos del mundo que realizaron importantes aportes en el campo de las ciencias planetarias. En una conferencia llevada a cabo recientemente en Montevideo, Uruguay, fue el turno de seis investigadores del CONICET, tres de ellos platenses.
Se trata de Gonzalo de los doctores Gonzalo de Elía y Romina Di Sisto, ambos investigadores del Instituto de Astrofísica de La Plata, y Mario Melita, quien se desempeña como investigador en el Instituto de Astronomía y Física del Espacio y docente en la Facultad de Ciencias Astronómicas de la UNLP. Sus nombres fueron incorporados la Unión Astronómicas junto con los de Cristian Giuppone, Marcela Cañada Assandri y Jorge Correa Otto, también investigadores del CONICET pero en otras sedes del país.
“Estudiar los asteroides es muy importante desde diferentes aspectos. Aquellos que están más cercanos a la Tierra son potenciales impactores, lo que nos obliga a tener un análisis detallado y llevar el seguimiento de sus órbitas. Por otro lado, y desde un punto de vista más global, estos cuerpos menores nos pueden decir muchas cosas acerca de cómo se formaron los sistemas planetarios. Tienen cicatrices, memoria, de ese proceso primitivo que no vimos y queremos entender”, explica Gonzalo de Elía, cuyo asteroide tiene un diámetro de entre 3 y 6 kilómetros, pertenece al cinturón principal, entre Marte y Júpiter, y fue descubierto en 1977, precisamente el año en que nació el investigador.
En el caso de Romina Di Sisto, la otra platense homenajeada, su asteroide pertenece a un conjunto conocido como Hilda que ella estudió para sus tesis doctoral. “Es un conjunto muy particular que está en la parte externa del cinturón, una zona estable. No tiene riesgo de chocar contra la Tierra -bromea-: podemos quedarnos tranquilos de que no someterá a la Humanidad”.
Finalmente el que le asignaron al doctor Mario Melita, “tiene la particularidad de que, si bien tampoco cuenta con chances de acercarse a la Tierra, será visible desde el hemisferio sur en el segundo semestre de 2019”, explica el experto, cuyo reconocimiento se basó en sus estudios sobre propiedades físicas y dinámicas de cuerpos menores del Sistema Solar.
OTROS HOMENAJEADOS
El asteroide Giuppone, que homenajea al investigador del IATE Cristian Giuppone, fue descubierto en 1978 y tiene más de 1100 observaciones. Pese a ello, aún no se conoce su composición química y sólo puede estimarse su tamaño en alrededor de 6 kilómetros de diámetro.
La asignación de los nombres de Marcela Cañada Assandri y Jorge Correa Otto, ambos científicos del CONICET en el CASLEO, fue por sus aportes a las ciencias planetarias: “Ella se dedica a la tarea observacional pero nunca trabajó con el asteroide que le asignaron; y yo soy teórico, así que jamás he observado mediante telescopios”, explica Correa Otto. Ambos cuerpos pertenecen al cinturón principal y demoran más de cuatro años terrestres en dar una vuelta al Sol.