Más allá de la polémica, por ahora bajo un “paraguas” protector, entre el “ala política” y el Ministerio de Hacienda, por un lado, y el Banco Central por el otro sobre lo escueto de la baja de las tasas del martes, hay un punto donde ambos bandos coinciden. Tanto Nicolás Dujovne como Federico Sturzenegger están satisfechos por haber logrado un objetivo no deseado: embestir contra los que apostaron por el carry-trade. Según los números oficiales, los que buscaron hacer dinero durante 2017 con la martingala de traer dólares, introducirlos al sistema financiero vía Lebac, salir a fin de año y recomprar dólares, perdieron plata. O no ganaron lo que especularon que podrían haber ganado. Para peor, y según la cronología de la evolución del precio del dólar (siempre según la interpretación oficial), las jornadas de alzas y bajas en el efecto serrucho que se vivió con el dólar desde mediados de diciembre pasado hasta ayer no coincidían con los días de disponibilidad de pesos para ingresar en las Lebac.
La interpretación oficial es que si bien no se le dio un golpe mortal a este sistema de especulación, sí fue un asestada importante a la credibilidad de los operadores financieros del mercados que recomendaron la operatoria durante el año pasado.
No es la primera vez que el Gobierno cree haber vencido a los apostadores del carry trade. La primera fue entre la última semana de junio y la primera de julio de 2017, con el primer movimiento alcista del dólar del año pasado coincidente con la especulación sobre los resultados de las PASO y las posibilidades (luego evaporadas) de una victoria de Cristina de Kirchner en las legislativas bonaerenses. En esos días se dio una primera revaluación del dólar (llegó a los $17,60) luego de casi un semestre de adormecimiento del valor de la divisa, y luego de uno de los megavencimientos de las Lebac que se sucedieron el año pasado. El alza del dólar hizo que los que habían apostado a ingresar dólares baratos, hacer una diferencia importante con las tasas de las Lebac y luego volver al dólar barato, perdieran millones de pesos. Se lo consideró un golpe justiciero a la “bicicleta” que se había armado en el primer semestre del año. Según los cálculos que en esos días hacía el oficialismo, con los movimientos del dólar de esas jornadas se le impidió a los especuladores del carry-trade obtener ganancias de hasta 15% en dólares. Sturzenegger había dicho el 28 de junio pasado, al concurrir al Senado a explicar la política monetaria y cambiaria del BCRA, que la operación no era una especulación con futuro. “Con el carry-trade les puede ir bien o mal. Mirando el comportamiento de los últimos meses vemos que el 50% de las veces les fue mal…”.
La situación, siempre para el Gobierno, parece haberse repetido entre el 27 de diciembre y ayer. Según el mapa cronológico desplegado por el oficialismo, el dólar vino manteniendo un efecto “serrucho” de alzas y bajas, desde la última quincena del año pasado y los días hábiles de 2018. Si se observa la curva de cotización del dólar, hubo alzas de hasta 15% con caídas importantes, que ubicaron la devaluación con un promedio del 10%. Como además los días de los incrementos se acumularon luego de la conferencia de prensa conjunta del equipo económico más Marcos Peña y Sturzenegger, y como esas jornadas fueron las de más liquidez pos licitación de las Lebac, el último acto del carry-trade se habría arruinado con la revaluación del dólar por encima de los $19. En otras palabras, los que apostaron en el segundo semestre del año a ingresar con un dólar barato a las Lebac, conseguir tasas de hasta 28% en pesos, para tomar el dinero a fines de diciembre, volver al dólar, y, eventualmente, desaparecer, perdieron al menos un 10% en ese negocio.
Desde el BCRA se espera ahora que lo ocurrido en 2017 sea aleccionador para el próximo megavencimiento de las Lebac, y el primero de 2018. Será el martes 16 cuando el BCRA deba decidir la tasa de renovación de unos $400.000 millones.