Una investigadora argentina lidera un equipo que investiga cómo mejorar la respuesta inmune de las vacunas que se suministran por vía oral, único proyecto que recibió un nuevo financiamiento de la Fundación Gates, cuyos avances fueron publicados a nivel internacional.“Las vacunas orales son las preferidas, porque no generan dolor, no hay agujas, son masivas y no es necesario contar con personal adiestrado para suministrarlas”, contó Juliana Cassataro, directora del proyecto, bióloga especializada en inmunología y docente del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas.
El problema es que este tipo de inmunización “se degrada en el estómago e intestino, por lo que se necesitan dosis altas. Además, puede haber tolerancia, porque el organismo no desarrolla una respuesta inmune a lo que ingresa vía sistema digestivo”, explicó la profesional.
De hecho, en el calendario de inmunizaciones sólo hay dos vacunas orales: la Sabin, preventiva de la poliomielitis, y contra el Rotavirus, virus que causa diarrea y vómitos en bebes y niños.
Esta iniciativa comenzó en 2010, cuando ella presentó su propuesta en un concurso impulsado por la Fundacion Bill y Melinda Gates, y ganó los primeros 100.000 dólares para iniciarla, y en 2014 los avances hicieron que el fundador de Microsoft le otorgara un millón de dólares hasta el año 2017.