Los nuevos papeles de $200 y $500 comenzarán a circular a mediados de año y representarán a las distintas regiones con su fauna. El BCRA también comunicó que en el 2017 emitirá un papel de $1.000. También ese año unificará las series con diseños de animales para los de 20, 50 y 100 pesos.
Luego de tantos rumores, el Banco Central informó este viernes que a mediados de 2016 finalmente pondrá en circulación los esperados billetes de mayor denominación, con valores de $200 y $500.
El plan del macrismo no termina allí: para 2017 prevén emitir uno de 1.000 pesos.
Además, junto con los nuevos billetes habrá también un recambio de series de los de $20, $50 y $100, que también comenzarán a circular el año próximo.
“Quisimos honrar a nuestro país, a nuestra fauna, y fortalecer el compromiso de todos con el medio ambiente”, sostuvo el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
“Aspiramos a que nuestra nueva familia de billetes sea una celebración de la vida”, agregó.
En su visión, la iniciativa hace referencia a los desafíos de los argentinos. “Es mucho más lo que nos une que lo que nos separa”, dijo.
En el mercado, se esperaba el anuncio del lanzamiento de signos de mayor denominación, ya que el mayor de $100 hoy día tiene el poder de compra más bajo entre sus pares de la región: equivalen apenas a u$s7,3.
A nivel técnico, desde la autoridad monetaria explicaron que “la incorporación de papel moneda de mayor denominación es una necesidad práctica para el mejor funcionamiento de los cajeros automáticos y para la reducción de costos de traslado de efectivo”.
La sorpresa es que los nuevos diseños no incluyen a próceres sino a especies de animales autóctonos de la Argentina.
La familia de billetes, que dará a luz en los próximos meses, tendrá como temas la fauna y flora característica de diferentes regiones del país.
Cada uno de los papeles presentará en el anverso la figura de un animal típico, mientras que en el reverso se mostará el hábitat particular de esa especie.
Según informó el BCRA, con este cambio de estilo se buscará resaltar la generosidad de la naturaleza hacia la Argentina y, al mismo tiempo, enfatizar la importancia de preservar y promover la biodiversidad.
Los motivos serán los siguientes:
- Billete de $1.000: Hornero (ave nacional). Región Centro.
- Billete de $500: Yaguareté. Región Noreste.
- Billete de $200: Ballena franca austral. Mar Argentino, Antártida e islas del Atlántico sur.
- Billete de $100: Taruca (venado andino), Región Noroeste.
- Billete de $50: Cóndor. Región Andina.
- Billete de $20: Guanaco. Estepa patagónica.
Asimismo, se acuñarán nuevas monedas de $1, $2, $5 y $10, cuya circulación se pondrá en marcha en 2017. Desde 1880 sin registros de billetes con figuras de animales.
Casi ningún argentino discute que era necesaria la emisión de papeles de mayor denominación, ante el escaso poder de compra de los papeles de $100. Lo que más sorprendió fue el hecho de que en los nuevos diseños no figuran próceres o políticos.
Según la explicación oficial, con la elección de la fauna y de las regiones, el organismo monetario procura también “un punto de encuentro en el que todos los argentinos puedan sentirse representados en la moneda nacional”.
Es decir, con este nuevo estilo, el Gobierno apunta a no generar más divisiones sociales, y las consecuentes polémicas que llevarían el seleccionar determinadas figuras de la escena política.
El kirchnerismo ya había diseñado un billete sin la imagen de un prócer o de una figura emblemática, que actualmente está en circulación: el de $50, que tiene la silueta de las Islas Malvinas.
La administración K introdujo uno de los símbolos que llevó más en alto en los distintos foros internacionales. En cambio, la propuesta del macrismo va en sentido totalmente contrario: vaciar de contenido ideológico a todos los billetes.
De este modo, va por la misma línea y estilo de otras naciones que también optaron por incluir especies autóctonas. Tal es el caso del vecino Brasil, Australia, Sudáfrica o Nueva Zelanda, entre otros.
El historiador Daniel Balmaceda subraya a iProfesional un dato no menor: “Desde 1880 que no hay registros de que se haya utilizado en billetes a figuras de animales”.
“Sí existen varios casos, antes de ese año, cuando la emisión era caótica y había distintos emisores”, completa.
Por ejemplo, cita que en 1841, Juan Manuel de Rosas lanzó papeles de $20 con la imagen de un caballo y de $5 con un ñandú.
Según el analista político Gabriel Dreyfus, “hay países que no tienen próceres” en sus billetes, y destaca a iProfesional que éste es un recurso utilizado con más frecuencia en las monedas.
“Personalmente prefiero los próceres, porque creo que no podemos olvidarnos de la historia. Igualmente, no me desagrada la elección de animales de Argentina. Es un cambio grande respecto a lo que estabamos acostumbrados, aunque no es algo raro”, resume a este medio Aldo Pignanelli, ex presidente del Banco Central.
Y completa: “Lo importante es que la gente los acepte y que haya en circulación denominaciones mayores a las actuales, que son muy necesarias por la elevada inflación acumulada de los últimos años“.
Para Balmaceda, “es una muy buena noticia que se hayan quitado las figuras representativas del país del uso político que se hizo con ellos en los billetes. Se evitan polémicas, ya que últimamente había un tironeo con estas cuestiones, con nombres que estaban vinculados y resaltados por ciertos grupos”.
Dreyfus, además, hace hincapié que es necesario que se unifiquen todas las denominaciones con animales, para que haya un único diseño en el circulante. Esto recién ocurrirá, según la información del propio BCRA, el año que viene.
Por su parte, el historiador Mario “Pacho” O’Donnell expresó: “En realidad, me gustaría que fueran como en Uruguay, donde figuran los personajes de la cultura”.
Además, ponderó la imagen de los próceres por sobre la de los animales. “Creo que es bueno que los billetes, de alguna manera, representen las distintas opiniones. Cada una de estas figuras representan una forma de pensar, de entender el país”, dijo O’Donnell.
O’Donnell no coincide con la idea de que cada presidencia jerarquice en los billetes a los próceres con los que coincide ideológicamente. “No está bien que cada gobierno decida jerarquizar a sus próceres propios.
“Así hemos visto como que Roca ha ido desapareciendo, tapado por los billetes de 100 de Eva Perón. Y ahora está la posibilidad de que se tapen los de Eva como los de Malvinas”, añadió.
Proyectos previos
Desde que asumió Mauricio Macri a la presidencia, había anticipado este cambio. “Es imposible manejarse ya con billetes solo de 100 pesos. Está trabajando el equipo de Hacienda para tener otros de mayor denominación en la calle”, decía el propio Macri.
También el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, ya lo solicitaba: “Soy partidario de un billete de 500 pesos”.
Finalmente, el anuncio oficial del viernes, confirmó que serán las denominaciones de $200 y $500 las que empezarán a circular a mediados de año y que en el 2017 aparecerán los de $1.000.
En años anteriores se presentaron diferentes proyectos para emitir nuevos papeles, que nunca vieron la luz.
Esto, porque a la gestión anterior le hubiese significado reconocer una elevada inflación, siendo que esa palabra estaba proscripta de su vocabulario.
La agrupación Jóvenes Desarrollistas del PRO, que lidera Mauricio Colello, propuso emitir el de $500 con la cara del ex presidente Arturo Frondizi, que gobernara al país entre 1958 y 1962.
Otra idea correspondió al diputado del PRO, Guillermo Durand Cornejo, que presentó un plan para lanzar de $200, $500 y $1.000.
El primero de ellos contemplaba la imagen del general Martín Miguel de Güemes en su anverso y en su reverso la Guerra Gaucha. También se habían propuesto otros “candidatos” para los de $500, como Mariano Moreno, Juan José Castelli y Arturo Illia.
Incluso, los mismos funcionarios del Banco Central confesaron que han venido trabajando en el diseño de billetes de $200 y $500 y que la administración kirchnerista siempre le ha frenado este tipo de iniciativas.
La existencia de estos bosquejos fue confirmada por la propia entidad monetaria luego de que Vanoli renunciara y se reuniera con su sucesor, Federico Sturzenegger.
El más grande, el más “chico”
La emisión de nuevas denominaciones también se hace realidad porque el de $100 tiene un poder de compra en franco declive.
Más aun luego, luego de la reciente devaluación, que ubica a la divisa estadounidense en la actualidad a $13,60 y que lo hundió -aún más- al puesto más bajo de la región en cuanto a su poder de compra de dólares.
De hecho, al tipo de cambio actual, el de mayor denominación equivale a menos de 8 dólares, lejos de los u$s100 de 1992
Si se lo compara con los billetes de mayor cifra del vecindario, los pesos nacionales representan la menor cantidad de dólares
El de 2.000 pesos uruguayos equivale a u$s67, mientras que el sol peruano de máxima denominación, a casi u$s60.
¿Y cuánto valdría ahora uno de 500 pesos argentinos? Al valor actual del tipo de cambio libre, se acercaría a los u$s40.
De este modo, superaría al más grande de Colombia, Brasil y Chile, pero sin poder quitarle el liderazgo a Uruguay.