De aquí a fin de año pondrá en marcha otros dos motores. Elevará 50% su oferta de energía renovable.
En julio de 2017, Bioeléctrica marcó desde Río Cuarto un hito para el país: fue la primera compañía productora de “energía verde” que comenzó a abastecer al Sistema Interconectado Nacional (SIN).
La empresa nació por impulso de productores asociados del sur de Córdoba que buscaban agregarle valor al maíz e invirtieron en un biodigestor: un equipo que es como el estómago gigante de una vaca, que procesa subproductos del cereal, los transforma en gases y estos movilizan una turbina que es la que finalmente genera la energía eléctrica.
En el amanecer del proyecto, el objetivo era proveer a la fábrica de bioetanol Bio 4 (ambas instalaciones son colindantes), pero luego se potenció la posibilidad de transformar la planta en una verdadera usina.
Tras haber firmado sus primeros dos contratos en 2017 con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (Cammesa), en el marco de la ronda 1 del programa Renovar –impulsado por el Gobierno nacional–, Bioeléctrica participó también de la ronda 2 de esa iniciativa.
Este año completará las inversiones comprometidas, lo que significará sumar al mercado eléctrico mayorista (MEM) una potencia de seis megavatios hora. “En total, son tres contratos a 20 años los que hemos firmado, para poner en marcha seis motores. De esos hay cuatro funcionando: dos en Bio 4 y dos en Bioeléctrica. Los próximos dos serán uno dentro del predio de Bioeléctrica y el otro en un terreno que está al lado”, explicó Germán Di Bella, presidente de la compañía.
Inversiones
Según Di Bella, hoy la empresa está generando cuatro megavatios, que equivalen prácticamente al consumo de Bio 4 (3,7 megavatios). Los nuevos motores sumarán otros dos megavatios. “Vamos a duplicar la oferta en relación con lo que consumimos”, valoró.
El empresario estimó que cada megavatio generado supone una inversión total de tres millones de dólares, entre el motor, el tanque y las cañerías.
Sobre los plazos, mencionó que la expectativa es tener una primera turbina en funciones en junio próximo y la otra en diciembre. “A fin de año ya estaríamos a capacidad máxima de potencia”, resumió.
El empresario añadió que estas inversiones se enmarcan en un salto tecnológico que están dando en las plantas, que inicialmente se alimentaban con maíz picado y estiércol. Ahora ya tienen como principal insumo un subproducto que genera la molienda del cereal para obtener etanol, denominado “vinaza”.
En paralelo, Bioeléctrica también se destaca por una apuesta sustentable que inició hace dos años a través de la recuperación de aceite de comida usado para la generación del biogás necesario en estos procesos.
“Tenemos 11 puestos sustentables ubicados en diversos puntos de Río Cuarto. Retiramos de comedores, de restaurantes o de estaciones de servicio el aceite de las freidoras y los traemos a los digestores”, explicó.
En términos anuales, ya están reutilizando alrededor de tres mil litros. Teniendo en cuenta que se estima que cada litro de aceite arrojado por un resumidero puede contaminar mil litros de agua, Bioeléctrica ya está protegiendo la contaminación de tres millones de litros de agua por año.