Se trata de una moneda electrónica que funciona de manera descentralizada y con seguridad de nivel militar. Hoy en día ya está en uso, en la venta de casas y cuadros. Para muchos, esta moneda podría llegar a reemplazar al euro.
Fue creada en el 2009 por Satoshi Nakamoto y no depende de ningún emisor central. Todas las transferencias son controladas por la gente que utiliza la moneda. Para Mariano Semelman, columnista de tecnología en el programa radial Derecho en Zapatillas, “cada moneda es en realidad un número muy particular que cumple una propiedad fácil de verificar con una computadora, aunque predecir dónde van a aparecer estos números es muy difícil. Hoy sólo circulan diez millones y ya está definido el ritmo con el que se imprimirán y el límite máximo, 21 millones. La transferencia de bitcoins es un algoritmo p2p (persona a persona) que garantiza el anonimato de los participantes. Toda persona dentro del sistema tiene un identificador anónimo con el cual, por medio de criptografía de nivel militar, comunica al resto de la comunidad que ha hecho una transacción”.
Se pueden adquirir bitcoins de dos maneras diferentes. Una de ellas es a través de una transacción, comprando a otro usuario o vendiendo algún producto, o resolviendo un desafío criptográfico: buscar en grandes lotes de datos alguno de estos nuevos números.
Cada moneda vale alrededor de 35 euros y se calcula que aumentarán. Cada bitcoin puede subdividirse en hasta ocho decimales. Hasta ahora, las transferencias se limitaban a productos del ciberespacio, pero por ejemplo en Chipre, donde están sufriendo un corralito bancario, se está evaluando poner un cajero automático. Pero este sistema también tiene su lado negativo, ya que por el anonimato de las transferencias, muchas organizaciones criminales lo podrían utilizar.