BMW proyecta una vía para vehículos eléctricos de dos ruedas como parte de los servicios de descongestión del tráfico.
La industria del automóvil afronta la mayor transformación desde la primer coche impulsado por combustión interna por Karl Benz en 1886. El impacto de la tecnología, el crecimiento demográfico y el calentamiento global están forzando al sector a hacer cambios muchos más profundos que los que tuvo que hacer tras crisis como el embargo petrolero de 1973, que impulsó a los fabricantes japoneses y europeos: o la más reciente Gran Recesión, que forzó fusiones y desapariciones de marcas alrededor del mundo. Hoy, el desafío es desarrollar vehículos menos contaminantes y autónomos, y pensar en su movilidad en ciudades cada vez más saturadas.
Muchas marcas tienen ya solas o asociadas a otras firmas servicios de coche compartido o redes de recarga eléctrica, pero la semana pasada el grupo alemán BMW fue un poco más allá y presentó otra alternativa para esta nueva área de negocio que es la movilidad sostenible: un carril elevado para bicicletas y escúteres eléctricos. Es decir, que el fabricante de coches, asociado con la Universidad de Tongji, ha apostado por generar negocio con un proyecto de infraestructura que, a primera vista, parece contradictorio con su actividad principal.
“Seguiremos siendo un fabricante de coches premium, pero también queremos ser un proveedor de servicios de movilidad premium, que en este caso tiene las atribuciones de conveniente, eficiente, segura y ecológica”, resumió Milena Pighi, portavoz del área de sostenibilidad de BMW, durante la explicación del proyecto en Shanghái, la ciudad en la que la oficina local de innovación tecnológica de la marca desarrolló la idea. Su responsable, Markus Seidel, explica que el proyecto se basa sobre tres conceptos: elevación, eléctrico y eficiente y que por eso se denomina E3 Way. “Para 2050”, dijo Seidel, “más de mil millones de personas vivirán en ciudades en China, por eso el país va a ser una gran incubadora de innovaciones de movilidad como las diseñadas en BMW”.
La empresa y la universidad idearon un carril cubierto de doble dirección que va paralelo a las autopistas elevadas con rampas de acceso a zonas de mucha afluencia, estaciones de metro o incluso centros comerciales. Se podrá utilizar un vehículo propio o alquilarlo en los puntos de acceso, y la circulación estará limitada a 25 kilómetros por hora. Rainer Daude, director especial para proyectos de movilidad de BMW, insistió en la idea de que el proyecto es aplicable a cualquier ciudad del mundo. El coste de la obra, según los cálculos de los ingenieros de Tongjji, rondaría entre 2,2 y 4,6 millones de euros por kilómetro. El proyecto de Shanghái, que ya ha sido ofertado a las autoridades locales, propone dos trazados, uno de 8,9 kilómetros y otro de 11,4.
La elección de Shanghái para presentar el proyecto E3 Way acentúa la relevancia que esta ciudad de casi 25 millones de habitantes y siempre congestionada (se pierden a diario 75 minutos de media en atascos). Además, las autoridades municipales son receptivas a la hora de escuchar propuestas de movilidad sostenible y más aún tras el éxito que tuvo la implementación, el año pasado, del sistema de alquiler de bicicletas sin estaciones (free-floating), cuya demanda se incrementó ya un 700%.
Pero no solo por sus necesidades de movilidad la urbe china tendrá cada vez más peso para la innovación en la industria del automóvil. La fuerte presencia de fabricantes, la proliferación de startups y el carácter más cosmopolita ha hecho de la urbe un referente del negocio. De hecho, esta misma semana, el fabricante de componentes para automóviles español Gestamp, uno de los líderes mundiales, anunció la apertura de un nuevo centro de innovación en la ciudad china, donde también tiene su sede corporativa.
Exigencias de China
El mercado chino tiene sus propias exigencias para la industria. Seidel, por ejemplo, explicó que un desafío claro para la innovación de los fabricantes es la conectividad del coche. El automovilista chino busca que su teléfono móvil y su coche se conecten por completo e instantáneamente. También es un reto el software de reconocimiento de voz, dada la complejidad de los fonemas chinos. El ejecutivo de BMW también citó el diseño interior del coche, que tendrá que tener ofrecer más y mejores prestaciones. Muchas de las innovaciones que se desarrollen para el mercado chino acabarán en los modelos que se vendan en Europa y América.
Las exigencias que China u otras economías emergentes con megaciudades plantean para la industria en temas de movilidad no suponen una amenaza para la venta del coches en esos mercados. A pesar de los atascos y las limitaciones para la compra de vehículos en urbes como Shanghái, los análisis de mercado de BMW señalan que el 62% de los usuarios de servicios de movilidad premium entre 31 y 40 años aún consideran al coche en propiedad necesario y irreemplazable por su conveniencia y flexibilidad. Mientras, el 60% de los jóvenes entre 20 y 30 años tienen como meta tener un coche propio. Además, en ciudades pequeñas y medianas, el coche seguirá siendo el modo preferido para moverse.