Boeing, el fabricante del aparato desaparecido en la ruta de Kuala Lumpur a Pekín, alertó hace nueve meses de que se había detectado un problema de corrosión y fracturas en la cobertura del fuselaje de ese modelo de avión, el 777, por lo que pidió a los dueños y a los operadores de más de un millar de esos aparatos que les sometiesen a una revisión.
Los daños, en la parte superior del avión, bajo el adaptador de la antena de comunicación por satélite “podrían llevar a una rápida descompresión y pérdida de la integridad estructural” del aparato, explica Boeing en la alerta que emitió en junio de 2013.
Uno de los operadores del B-777 había encontrado, durante un mantenimiento programado, una fractura de 40,6 centímetros en la cobertura del fuselaje de un avión de ese modelo con 14 años de antigüedad. Revisó otros 42 aparatos de entre seis y 16 años, y halló “otros casos de corrosión pero no fracturas”. El aparato de Malaysia Airlines desaparecido el pasado sábado tenía 11 años y en principio está afectado por esta recomendación, si bien la aerolínea no ha confirmado aún si se efectuó la revisión.
La FAA (la autoridad federal de aviación de Estados Unidos) ha emitido una directiva de aeronavegabilidad que obliga a someter a repetidas inspecciones a unos 120 aviones de ese modelo matriculados en su territorio. Esa norma entra en vigor el próximo 9 de abril.