Hicieron falta más de 50 renuncias a su gobierno para que el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, escuchara las voces que pedían su dimisión.
Johnson se vio inmerso en una crisis de consecuencias imprevisibles que derivó en una ola de renuncias de ministros y otros altos funcionarios que alegan haber perdido su confianza en el primer ministro para llevar las riendas del país.
La sacudida se inició el martes cuando, a partir de un escándalo de acoso sexual en el que se vio involucrado Chris Pincher -un parlamentario conservador cercano a Johnson- los ministros de Economía, Rishi Sunak, y de Salud, Sajid Javid, dos pesos pesados del ejecutivo, presentaron su dimisión.
Sunak argumentó que los ciudadanos esperan que el gobierno sea dirigido de una forma “apropiada, competente y seria”; mientras que Javid afirmó que la administración de Johnson no estaba “actuando en el interés nacional”.
A partir de allí, y en un plazo de 24 horas, presentaron su renuncia más de 40 viceministros y otros altos cargos. Para la mañana del jueves, el número ya había llegado a 50 y seguía en aumento.
Tras resistirse inicialmente a la posibilidad de abandonar el cargo, Johnson anunció la mañana del jueves que renunciaría como líder del Partido Conservador, según informaciones de la BBC, pero conservará su puesto hasta otoño, cuando se espera que un nuevo líder tome las riendas del país.
El mandatario se convirtió en el líder británico que más dimisiones -hasta ahora el mayor número se había producido en 1932, con 11 renuncias- y había dejado clara su voluntad de seguir en el cargo durante una sesión parlamentaria el miércoles.
Los llamamientos para que renunciara ocurrieron solo un mes después de que el primer ministro enfrentara una moción de censura en el Parlamento en la que 41% de los legisladores de su propio partido votaron contra él.
Aquel intento de destituirlo tuvo lugar después de que salieran a la luz pública fotos y pruebas de encuentros y celebraciones en la sede del gobierno mientras el resto del país se encontraba confinado por las restricciones impuestas por el propio ejecutivo de Johnson durante la pandemia.
BBC Mundo responde las preguntas clave sobre la crisis que hizo colapsar el gobierno de Boris Johnson.
El origen de la crisis
El pasado 30 de junio, el diario británico The Sun publicó que el entonces subjefe de la bancada del Partido Conservador en el Parlamento, Chris Pincher, había manoseado a dos hombres en un club privado en Londres.
Pincher, quien había sido nombrado en ese cargo por Johnson en febrero de este año en medio de una reorganización del Ejecutivo, renunció inmediatamente.
A los pocos días, los medios británicos publicaron información sobre al menos otros seis casos de supuesta conducta sexual inapropiada por parte de Pincher ocurridos en los últimos años.
Pincher, quien fue suspendido por el Partido Conservador, ha pedido disculpas y ha dicho que cooperará plenamente con las investigaciones sobre su conducta y que está buscando “apoyo médico profesional”.
¿Cómo estuvo implicado Boris Johnson?
Aunque el primer ministro británico no es quien ha incurrido en conductas sexuales inapropiadas, el escándalo de Pincher lo coloca en una situación difícil debido a que se está cuestionando su buen juicio, así como la transparencia con la que el gobierno manejó el caso.
El pasado 1 de julio, la oficina del gobierno le dijo a la prensa que Johnson no sabía que hubiera acusaciones contra Pincher antes de su nombramiento.
El portavoz del gobierno dijo que el primer ministro no era consciente de “acusaciones específicas” sobre Pincher.
Esa fue la misma línea que mantuvieron en los días siguientes varios miembros del gabinete.
Sin embargo, el 4 de julio, el portavoz del mandatario dijo que Johnson conocía “acusaciones que fueron resueltas o no progresaron hasta la fase de queja formal” y que no se había considerado apropiado detener el nombramiento de Pincher debido a “acusaciones no sustentadas”.
Esa misma tarde BBC reveló que Johnson había sido informado de una queja formal sobre el “comportamiento inapropiado” de Pincher, mientras este trabajó en el Ministerio de Exteriores entre 2019-2020.
Esta queja llevó a un proceso disciplinario que confirmó que sí hubo un comportamiento inapropiado.
Posteriormente, en una entrevista con la BBC, Johnson dijo: “Hubo una queja que me hicieron llegar a mí específicamente… fue hace mucho tiempo y me la presentaron de forma oral. Pero eso no es excusa, yo debí haber actuado a partir de ella”.
El primer ministro calificó como “un error” haber nombrado a Pincher, de quien dijo que se había comportado “muy, muy mal”, por lo que pidió disculpas a las personas afectadas.
¿Por qué se cuestionó al primer ministro?
“Todo esto se trata de una cosa: la verdad”, señaló Chris Mason, editor de Política de BBC, al analizar la crisis en marcha en el gobierno británico.
“Al margen de la marejada de detalles y acusaciones, todo se reduce a si la gente puede creer lo que dice el número 10 (como se llama coloquialmente al Ejecutivo británico)”, agregó.
Y es que la respuesta del Ejecutivo al escándalo de Pincher fue cambiando progresivamente a medida que han ido surgiendo otros elementos, al igual que ocurrió durante el llamado partygate, el caso sobre las fiestas celebradas en la sede del gobierno durante el confinamiento por el coronavirus, en el que finalmente se comprobó que incluso Johnson había asistido a alguna de estas reuniones sociales.
“Las preguntas se refieren a lo que Boris Johnson sabía y cuándo lo supo. Y las respuestas siguen cambiando, a menudo como reacción a hechos incómodos que demuestran que su anterior defensa era una basura, o al menos no tan sincera como podría haber sido”, explicó Manson.
En medio de la oleada de renuncias, Johnson fue interrogado el miércoles en un comité de la Cámara de los Comunes, la cámara baja del Parlamento británico, y rechazó comentar sobre las renuncias en su gobierno.
Ante la pregunta de uno de los diputados sobre si continuaría siendo primer ministro “mañana”, Johnson respondió: “Por supuesto”.
Poco después le dijo al comité que estaba teniendo una semana “excelente” y descartó la convocatoria de elecciones anticipadas.
“El trabajo de un primer ministro, en circunstancias difíciles, cuando ha recibido de las urnas un mandato colosal [por su amplia victoria electoral en 2019] es seguir adelante, y eso es lo que voy a hacer”, manifestó Johnson.
¿Qué ocurrirá ahora?
Tras haber sobrevivido a la moción de censura en su contra hace apenas un mes, Boris Johnson estaba protegido de otra iniciativa semejante durante un año.
Pero el deterioro de la situación política de Johnson fue tan veloz tras el escándalo de Pincher, primero, y luego con las renuncias en su gobierno, que aceptó renunciar este jueves.
Según dice, seguirá siendo primer ministro hasta el otoño.
El puesto al que renuncia es como líder del Partido Conservador y ahora habrá un concurso de liderazgo en el que alrededor de 100.000 miembros del partido eligirán a un nuevo líder.
Posteriormente Johnson presentará su renuncia a la Reina Isabel II y ella le pedirá al nuevo líder del partido que forme un nuevo gobierno.