El primer ministro agradeció al NHS su labor, tras pasar varios días en cuidados intensivos.
Fue en domingo de Resurrección que el primer ministro británico, Boris Johnson, recibió el alta del Hospital St. Thomas y entonces comenzó su «nueva» vida con el eco de un Londres espectral, donde el habitual bullicio de Oxford Street solo es un recuerdo en medio de la crisis sanitaria. El coronavirus le tuvo en la unidad de cuidados intensivos y, nada más salir del centro médico, se apresuró a expresar su agradecimiento a todo el personal del centro médico, en general, y a un enfermero portugués y la de otra enfermera neozelandesa.
Se trata de Luis Pitarma, de 29 años, de quien el «premier» dijo «Luis, de Portugal, cerca de Oporto». Pero no, no es natural de la segunda ciudad lusa más importante sino que procede de Aveiro, 75 kilómetros más al sur en dirección Lisboa. Este joven no se separó de Johnson a lo largo de las últimas 48 horas que pasó en el hospital, una asistencia que le hizo sentirse arropado y facilitó su recuperación, ahora refrendada por un confinamiento en su residencia campestre de Chequers Court, mientras el ministro de Exteriores, Dominic Raab, toma las riendas del Reino Unido.
Portugal aclama como a un héroe a Pitarma, cuyo curriculum y cuyas fotos de redes sociales circulan por los diarios nacionales y locales para orgullo de unos ciudadanos. Hasta el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, ha llamado a este enfermero que ha perdido su condición de anónimo y se ha convertido en una suerte de insospechada «celebrity». Efusiva enhorabuena por parte de la figura que más consenso despierta en territorio lusitano.
El empleado en cuestión está especializado desde 2013, cuando abandonó el norte de Portugal tras obtener su licenciatura para llegar a la capital del pop, en el programa de «oxigenación por membrana extracorporal», aplicado en los casos de insuficiencia respiratoria. Sus estudios se desarrollaron en la Escuela Superior de Enfermería de Lisboa y, posteriormente, realizó un posgrado en la Universidad finlandesa de Lahti.
La heroína de Johnson
Jenny McGee es una enfermera de Invercargill, en la isla sur de Nueva Zelanda, que trabaja para el servicio nacional de salud británico, el NHS. Y ha cobrado notoriedad en las últimas horas porque el «premier» ha agradecido a los trabajadores del NHS haberle salvado la vida. «No les importara que mencione en particular a dos enfermeros que estuvieron al lado de mi cama durante 48 horas cuando las cosas podrían haber ido de cualquier manera, una es Jenny, de Nueva Zelanda, y Luis, de Portugal», dijo.
La enfermera neozelandesa está «impresionada» por el reconocimiento de Johnson, según declaró su hermano Rob al New Zealand Herald. «Todos estamos muy orgullosos de Jen, no solo por el apoyo que le dio a Boris, sino por lo que ha estado haciendo para ayudar a la gente común», aseguró. Asimismo, agregó que «si bien está impresionada por el reconocimiento de Boris, está muy contenta de ver el reconocimiento público por el increíble trabajo que está haciendo el NHS. Eso la hizo sentirse realmente orgullosa».
McGee, de 35 años, lleva nueve años trabajando en Londres, tras haberse formando como enfermera de cuidados intensivos en el Royal Melbourne Hospital de Australia, donde pasó seis años. McGee asistió al Verdon College en Invercargill antes de estudiar en la Escuela de Enfermería de Otago, que en un comunicado declaró: «Nuestra más sincera admiración por el trabajo y la dedicación de la ex alumna Jenny McGee, quien fue destacada por el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, por ayudarlo a superar su grave enfermedad debido al Covid-19». Y continúa el texto diciendo que «Jenny es descrita por sus profesores anteriores como una persona absolutamente encantadora, de una naturaleza cariñosa y humilde».
Su madre Caroline McGee señaló que su hija es una «persona excepcionalmente amigable» y una enfermera muy dedicada. Y explicó que habló con ella el lunes por la mañana antes de que empezara otro turno en el hospital. La madre dijo que tanto ella como el padre están «muy orgullosos» y que su hija no había mencionado que estaba cuidando al primer ministro.