El tratamiento preventivo contra el virus respiratorio sincitial se aplicaría a las madres para proteger a los bebés en sus primeros meses.
Una vacuna contra la bronquiolitis, que se aplicaría a las madres para que pasen los anticuerpos a sus hijos por vía placentaria, fue probada con buenas respuestas en embarazadas de algunos países, entre ellos la Argentina, informaron los médicos locales que participaron de la investigación.
Si bien hay en el mundo varios equipos de científicos que trabajan para desarrollar una vacuna contra el virus respiratorio sincitial (VRS), que causa la bronquiolitis, la particularidad de esta investigación, que está en su etapa final, es que se aplicaría a las madres para proteger a los bebés sobre todo durante los primeros tres meses de vida, cuando la enfermedad puede ser más severa.
“Como el VRS no varía, como pasa por ejemplo con el de la gripe -que requiere una nueva vacunación cada año- con esta vacuna los chicos quedarían inmunizados al nacer y por los primeros meses de vida, que es cuando más precisan protección”, destacaron desde la Fundación Infant, una ONG creada por médicos argentinos que estudia las causas de enfermedades respiratorias en chicos y que participa de la investigación sobre la nueva dosis.
Cómo fueron las pruebas
La vacuna se administró recientemente a 40 embarazadas que asisten al Hospital Militar de Buenos Aires y a más de 200 en Tucumán y Salta, y los resultados fueron “excelentes”. “Se dio a embarazadas para ver si los anticuerpos pasaban a los bebés, que no tienen aún desarrollada una buena respuesta inmune”, explicó el subdirector médico del Departamento Materno Infantil de ese centro de salud porteño, Gonzalo Pérez Marc (MN 110813).
El especialista afirmó que en las 40 embarazadas que participaron en la ciudad de Buenos Aires “la generación de anticuerpos fue excelente”.
“Ahora debemos hacer el seguimiento de los chicos y esperar la evaluación de organismos regulatorios en el mundo, que lleva como mínimo unos años, para después ver si, de cumplir con los objetivos de protección, se puede agregar al calendario de vacunas”, completó Pérez Marc.
Por su parte Fernando Polack (MN 83428), director de Infant, señaló que “no existe en la actualidad un tratamiento específico para esa enfermedad”. “La investigación de una vacuna para la bronquilitis, de la que participan en la fase final de evaluación la Argentina, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Filipinas y Sudáfrica, está muy avanzada”, agregó.
La principal infección respiratoria en menores de dos años
Ángela Gentile (MN 49908), jefa de Epidemiología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y ex presidenta de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), señaló que “si bien dos tercios de los menores de dos años podrían verse afectados por ese virus, la afección no ataca a todos por igual”. “Nos preocupan los chicos más vulnerables, es decir, los bebés prematuros de bajo peso o con ciertas afecciones pulmonares por haber recibido ventilación mecánica por largo tiempo, así como niños con cardiopatías congénitas. Esa población tiene entre cuatro y cinco veces más riesgo de hospitalización por infección por VRS respecto de los chicos sanos”, advirtió.
En la Argentina, el pico anual de la enfermedad, que comienza con un resfrío y a los dos o tres días presenta síntomas como sibilancias, fatiga, fiebre o hundimiento del tórax al respirar, se produce entre mayo y agosto. Se trata de la principal infección respiratoria en menores de dos años y primera causa de muerte en niños de entre un mes y un año. Según la Secretaría de Salud de la Nación, durante 2017 se produjeron 283.828 casos registrados y 226.835 hasta la semana 46 de 2018.
Asimismo, estadísticas de la Sociedad Argentina de Pediatría de 2016 mostraron que 740 niños menores de dos años habían muerto por bronquiolitis.
En cuanto a la prevención actual, la única intervención aprobada contra la enfermedad severa por VRS es la administración de un anticuerpo dirigido a una población muy específica (chicos prematuros y con cardiopatías de alto riesgo) y tiene un costo elevado. La vía de contagio es a través del contacto directo con las manos contaminadas con secreción nasal, la tos o el estornudo de una persona infectada.