El publicista Matías Wolf contó esta mañana en la 99.9 el atropello que sufrió por parte de Eduardo Bruzzeta, titular de Inspección del municipio de General Pueyrredón. El funcionario le retiró carteles publicitarios que pertenecían a un contrato que había firmado con la empresa Ferrobaires. La explicación fue que “tendría que haber arreglado con la Municipalidad, porque Pulti le dio el apoyo a Scioli y ahora eso era de ellos”.
Los atropellos de la gestión municipal que encabeza Gustavo Pulti son una constante. Sobran los ejemplos expuestos en este mismo medio, pero siempre hay uno más para confirmar una metodología.
Esta vez, el publicista Matías Wolf habló sobre los abusos de Eduardo Bruzzeta titular de Inspección de la Municipalidad de General Pueyrredón: “comencé a trabajar en publicidad en 2004 y vengo de Banfield, Quilmes, lugares donde hicimos publicidad siempre en vía pública”, contó en la 99.9. Luego continuó: “el 6 de junio de 2013 inicié un expediente y me llevó dos años llegar a los permisos de uso que me dieron el 23 de abril de este año. Comenzamos a colocar los carteles porque ya Ferrobaires me había pedido todos los papeles necesarios y pasé por todos los entes necesarios”.
Una vez que detectaron que estaban poniendo los carteles, empezaron los problemas: “el 26 de mayo, me llamó Bruzzeta para que me acerque al municipio. Me presenté y me dijo que esos carteles no podían estar ahí porque era municipal. Le contesté que era terreno provincial de Ferrobaires y presenté el contrato firmado y sellado en UCIP. Me dijo que no iba a permitir que los carteles estuvieran ahí y que tenía 24 horas para retirarlos”.
Claro que Matías no se quedó con los brazos cruzados y trató de chequear que todo estaba en orden e incluso presentó una nota ante la persona que lo había dado el ultimátum. “Cuando me fui hablé con Ferrobaires y me dijeron que estaba todo en regla. Entonces hago una carta formal a Bruzzeta, lo ingresé por mesa de entrada, lo visa la secretaria, lo lee Bruzzeta y me lo sellan. Cuando salgo de la Municipalidad, al ratito me avisan que me estaban sacando el cartel que está en las inmediaciones de San Juan a la altura de la Terminal”, relató sobre el inicio de la peor parte del problema.
No fue el único cartel que se retiraron ese día: “al primero no llegué, pero después me avisan que estaban sacando otro en Juan B. Justo, a ese sí llegué. Había 6 personas sin identificación ni ropa municipal. Llamé a la policía y se demoró todo un poco. Dijeron que iba a venir Bruzzeta, pero nunca llegó. A las dos horas, un policía de apellido Iglesias dejó que se fueran sin dejarme un acta de constatación ni secuestro. Me sacaron otro cartel más después”.
No terminaría todo allí porque inmediatamente se fue a denunciarlo y luego se presentó en la municipalidad. “Hice la denuncia porque me los estaban robando. Al otro día fue al municipio y las actas todavía no estaban hechas, así que me tuvieron dos días así. Cuando me las dieron tenían fechas anteriores como si me hubieran notificado antes, entonces no las firmo”. Ahí fue cuando nuevamente se encontró con Bruzzeta mano a mano: “me dijo que Pulti justo le daba el apoyo a Scioli y le habían dado esto, que primero tenía que hablar con él, haber arreglado con el municipio antes. Después comenzó la instancia legal”, relató.
Increíble pero real. Los abusos continúan y de manera descarada, pero este tema terminará seguramente ante la justicia: “el juez en lo contencioso administrativo número 1, me dio una medida cautelar para que me devuelvan lo que secuestraron y ejercer mi actividad”, agregó Wolf. Mientras tanto, el accionar del Titular de Inspección tuvo sus repercusiones en la empresa: “para todo esto, tuve muchos problemas. Estuve tres meses sin trabajar, pagando el canon de Ferrobaires y además, las publicidades me pidieron que responda a mi contrato. Me mandaron carta documento y a algunas les tuve que devolver el dinero. Supuestamente hoy recién me devuelven las cosas”, se esperanzó.
La denuncia penal continuará su curso y el comprometido es Bruzzeta por haber retirado la cartelería cuando tenía todo en regla y, ni siquiera fue capaz de respetar su propia palabra, ya que no esperó las 24 horas que había dado como plazo. Un caso más de abuso de la gestión Pulti.
