La provincia prodría llegar a emitir en todo el año unos 10.000 millones de pesos.
El plan es aprovechar el momento financiero que vive la Argentina, en un contexto de fuerte demanda por sus activos en otros mercados, e imitar los pasos que ya dieron algunos emisores en los últimos meses. El ministro de Hacienda de la provincia de Buenos Aires, Hernán Lacunza, tiene previsto salir en las próximas semanas a tomar deuda en pesos que pueda ser suscripta, en dólares, por inversores del exterior. El monto a colocar inicialmente se estima en los $3.000 millones en títulos que podrían ajustar a una tasa de interés variable en pesos (Badlar, más algunos puntos básicos). Se presume que lo obtenido se destinará a cerrar el déficit que genera un ambicioso plan de obras que lanzó el distrito a partir del año pasado. En todo el año, la emisión podría alcanzar los $10.000 millones.
La provincia viene de colocar, el año pasado, unos $5.600 millones en el mercado local. Su idea inicial había sido acceder a unos $8.000 millones, pero la poca profundidad del mercado interno terminó por convertirse en un fuerte obstáculo para alcanzar ese nivel. La experiencia de la Ciudad de Buenos Aires, hace unos pocos días, fue notablemente distinta: recibió ofertas por $20.000 millones y logró asegurarse el financiamiento para todo el año.
La idea de los distritos de emitir deuda en pesos apunta a reducir el riesgo cambiario al que se expondrían frente a un cambio de contexto y una eventual devaluación en un futuro, por el descalce de monedas que les dejaría con una recaudación que sólo perciben en pesos. La provincia de Buenos Aires debe financiar un déficit que aún se sostiene por la ampliación del gasto que destina a obras de infraestructura: éstas pasaron de representar el 3,6% del presupuesto provincial en 2015 al 6,7% en 2016. Para este año está previsto que sea del 8,4%.
El atractivo por los bonos en pesos también se percibió la semana pasada en el título atado a Badlar que colocó el Gobierno nacional. El plazo fue de 5 años y el monto captado llegó a los $20.000 millones. Esto permitió bajar el costo de financiamiento en 93 puntos básicos anuales respecto a un vencimiento que estaba previsto para esa fecha en Bonar 2017.
Cambio
Las nuevas colocaciones reflejan un cambio en la perspectiva que tienen los inversores sobre la Argentina. El año pasado, las opciones más elegidas por el mercado (y, por lo tanto, por los emisores) eran los títulos en dólares o en pesos a tasa fija. Ahora, los inversores ven más atractivos los bonos a tasa variable, tanto atada a inflación como a Badlar. Sucede que, para los próximos meses, se está previendo que la suba de precios sea mayor a la planteada por el Banco Central: el relevamiento de mercado, que mensualmente publica el organismo, reflejó ayer una suba en las expectativas de inflación del 20,8% al 21,2% para los próximos doce meses.
Ante la consulta de este diario, desde la provincia de Buenos Aires confirmaron ayer que, como parte de su programa de financiamiento para este año, también realizarán colocaciones en pesos en el mercado local abiertas potencialmente a inversores extranjeros. Y que estas colocaciones se llevarán adelante durante el transcurso del 2017.