Bulgaria desciende hacia una nueva crisis política con un único ganador: Vladímir Putin

El Gobierno entra en crisis tras intentar desbloquear la situación con Macedonia del Norte y las formaciones prorrusas ascenderían en caso de unas nuevas elecciones generales.

Stefan Yanev perdió su trabajo el día 28 de febrero de 2022. Hasta entonces Yanev, un militar retirado, tenía buenas perspectivas de futuro. En mayo de 2021, el presidente de Bulgaria, Rumen Radev, le nombró primer ministro en funciones, cargo que ocupó hasta diciembre de 2021, cuando el proeuropeo Kiril Petkov fue capaz de formar un Gobierno estable tras tres elecciones generales consecutivas.

En el nuevo gabinete, Yanev tenía una silla guardada: la de ministro de Defensa. Pero solamente unos meses después firmó su propia sentencia: tras el inicio de la invasión de Rusia a Ucrania la calificó como una “operación especial”, el término utilizado por el Kremlin para evitar hablar de una guerra.

Petkov no lo dudó y le cesó de inmediato. Los tiempos en los que en Sofía se podía encontrar a alguno de los mejores amigos de Moscú habían terminado. O ese era el mensaje que quería enviar Petkov, que era visto por Bruselas y otras capitales como un aliado natural, un soplo de aire fresco en la política búlgara que permitiría renovar las dinámicas en la región oriental de la Unión Europea.

Pero en la política búlgara las cosas cambian muy rápido, y ahora el primer ministro se enfrenta a una moción de censura la próxima semana y se encuentra por debajo del número necesario de diputados para sobrevivir, aunque confía todavía en lograr que miembros de otras formaciones el apoyen. Si su Gobierno cae, Bulgaria iría a las cuartas elecciones parlamentarias en apenas un año y con un único ganador claro: Vladímir Putin, presidente ruso.

Y lo es porque en términos de política nacional, el principal beneficiado de ese adelanto electoral es Yanev, el exministro de Defensa. Tan solo unos días después de su destitución anunció la creación de su propio partido político, ‘Ascenso Búlgaro’. Ahora esta nueva formación y el partido de extrema derecha ‘Renacimiento’, también prorruso, están escalando en las encuestas y en caso de unas nuevas elecciones aparecen como potenciales jugadores principales en la formación del próximo Gobierno.

Crisis de Gobierno

La crisis que puede acabar con el Gobierno de Petkov la ha provocado la formación protesta y populista ‘Existe Tal Pueblo’ (ITN), un partido fundado por Slavi Trifonov, un popular cantante y presentador de televisión. La semana pasada, ITN decidió abandonar el Ejecutivo acusando a Petkov de estar preparando un levantamiento del veto de Bulgaria al inicio de las negociaciones de adhesión de Macedonia del Norte a la Unión Europea. Son algunos de los diputados de ITN en los que Petkov confía para salvar su Gobierno.

Sofía lleva ya tiempo bloqueando el arranque de esas conversaciones por una disputa histórica con Skopje. En Bruselas tenían la esperanza de que Petkov pusiera fin a ese choque y que los Veintisiete pudieran cumplir así con su promesa a Macedonia del Norte y Albania y arrancar las conversaciones en un momento en que la Unión también está discutiendo el estatus de Ucrania, Moldavia y Georgia, y en la capital comunitaria quieren evitar que se genere desafección en los Balcanes Occidentales. La realidad es que, efectivamente, el primer ministro estaba explorando las opciones que tenía sobre la mesa. La presidencia francesa del Consejo ha intensificado sus trabajos en las últimas horas con la esperanza de poder acercarse a un desbloqueo antes de que caiga Petkov.

La salida de ITN dejó a la coalición gubernamental con 109 escaños, lejos de los 121 necesarios. Aunque varios diputados han abandonado la formación de Trifonov para apoyar a Petkov, lo cierto es que el primer ministro se encuentra todavía a siete votos de la mayoría necesaria. Este mismo jueves, Nikola Minchev, presidente del Parlamento y uno de los hombres cercanos al primer ministro, ha sido destituido con 125 votos a favor y 113 en contra.

El giro de Bulgaria

Petkov ha marcado un tono muy duro con Rusia. Desde el primer momento ha apoyado a Ucrania, fue junto con Polonia el primer país al que Moscú cortó el suministro de gas y también participó en el bloqueo al paso del avión que debía llevar al ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergéi Lavrov, a Serbia, impidiendo así su visita a Belgrado, el principal aliado de Rusia en la región. Bulgaria también ha participado en la entrega de armamento a Kiev. Sin embargo, y como demostró el choque con Yanev, en Bulgaria sigue existiendo un importante sector político que tiene lazos muy estrechos con Rusia. Y el principal es Rumen Radev, presidente de la república desde 2017 y que fue reelegido en 2021. Radev, de quien Yanev es un aliado estrecho -como demostró su nombramiento como primer ministro en funciones-, se opuso a la entrega de armamento al ejército ucraniano.

Y aunque algunas voces creían que la invasión rusa estaba cambiando la tendencia, aferrándose a las decisiones de Petkov, en el país ha seguido existiendo un fuerte sentimiento prorruso. Según una encuesta de abril de YouGov, el 44% de los búlgaros consideran que la culpa de la guerra en Ucrania es completamente o mayoritariamente de la OTAN, y solamente un 23% respondió que era mayoritariamente culpa de Rusia.

De los 16 países en los que se realizaron encuestas fue el que arrojó los datos más favorables al Kremlin, seguido por Grecia. Bulgaria no solo es miembro de la Unión Europea, sino que también es parte de la OTAN. Políticamente, es muy complejo bloquear la voluntad del resto de socios en ambos clubes, pero hay inquietud sobre los efectos colaterales de la inestabilidad en Bulgaria y, sobre todo, en el caso de la Unión, una cierta desazón con lo que parece que es otra oportunidad perdida en Sofía.