Tras destituir al jefe de la junta golpista que llegó al poder en enero, los militares anunciaron el cierre de las fronteras, un toque de queda y la disolución del gobierno y de la Asamblea Legislativa de transición.
Más de una docena de soldados tomaron por asalto la televisión estatal de Burkina Faso a última hora del viernes, declarando que el líder golpista convertido en presidente del país, el teniente coronel Paul Henri Sandaogo Damiba, había sido derrocado tras sólo nueve meses en el poder.
Un comunicado leído por un portavoz de la junta dijo que el capitán Ibrahim Traore es el nuevo líder militar de Burkina Faso, un país volátil de África Occidental que lucha contra una creciente insurgencia islámica.
Los nuevos líderes militares de Burkina Faso dijeron que las fronteras aéreas y terrestres habían sido cerradas a partir de la medianoche y que un toque de queda regía en el país desde las 9 de la noche hasta las 5 de la mañana.
Los golpistas también anunciaron la suspensión de la Constitución y la disolución del gobierno y de la Asamblea Legislativa de transición.
Tiroteos en Uagadugú
En horas de la mañana se escucharon disparos en Uagadugú, en el barrio Ouaga 2000, donde se encuentran las sedes de la presidencia y de la junta militar, indicó un periodista de video de la AFP.
Poco antes de las 20H00 hora local (22:CET), unos quince soldados, algunos con el rostro cubierto, hablaron por la radiotelevisión nacional.
“El teniente coronel Damiba fue destituido de sus funciones de presidente del Movimiento Patriótico para la Salvaguarda y la Restauración” (MPSR, órgano dirigente de la junta), declararon los militares en un comunicado leído por un capitán.
Estados Unidos dijo estar “profundamente preocupado” por los eventos en Uagadugú y pidió a sus ciudadanos limitar sus movimientos.
Igualmente, el Ministerio francés de Relaciones Exteriores llamó a sus ciudadanos en la capital a permanecer en casa.
Bruselas expresa preocupación
En Bruselas, la Unión Europa expresó su preocupación por los eventos en Burkina Faso y señaló que la situación permanece “particularmente confusa”. La televisión estatal fue interrumpida durante varias horas antes del anuncio militar.
Damiba y sus aliados derrocaron al presidente elegido democráticamente, llegando al poder con la promesa de hacer el país más seguro. Sin embargo, la violencia no ha disminuido y la frustración con su liderazgo ha aumentado en los últimos meses.