Se endurecerán los controles sobre la comercialización de municiones y se analiza la posible prohibición del uso civil de algunos calibres de pistolas y revólveres.
Con el objetivo de evitar el desvío hacia el mercado negro de pistolas, revólveres y armas largas adquiridas legalmente, el Poder Ejecutivo analiza limitar la venta de armas de guerra, clasificación legal que incluye a todas las pistolas y fusiles alimentados con municiones que superen el calibre 22. La prohibición de compra alcanzaría a toda arma con capacidad de vulnerar los chalecos antibalas utilizados por las fuerzas de seguridad. Ayer, el presidente Mauricio Macri expuso la iniciativa en su cuenta de Twitter: “Vamos a prohibir que los civiles compren o importen, tengan consigo o en sus casas, fabriquen y utilicen armas de guerra. Son un peligro para las familias y para las Fuerzas Armadas y de seguridad, que se enfrentan a las mafias todos los días. Vamos a eliminarlas de la calle”.
Por su parte, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, confirmó a LA NACION que prepara un proyecto para modificar el Código Penal y asignar aún más peso en la sentencia de un delito a la presencia de un arma de fuego. “Actualmente hay un agravante por uso de armas, que no siempre se aplica. O se aplica poco. Cuando es tentativa, ni siquiera se toma en cuenta. Por eso planteamos algo más fuerte”.
Respecto de la prohibición de venta de armas de alto calibre, Bullrich explicó que en el cargamento de fusiles que fue incautado recientemente -que tenía como posible destino a carteles narco que operan en Brasil- fueron halladas armas adquiridas legalmente en la Argentina.
En junio de este año, durante más de 50 allanamientos, las fuerzas federales secuestraron más de 2500 armas, entre las que había 1262 fusiles tácticos. Los investigadores sospechan que ese arsenal sería parte de un contrabando que tenía como destino los grupos narco de Brasil pasando previamente por Paraguay.
“Buscamos prohibir las armas que atraviesen los chalecos de las fuerzas de seguridad. Había armas de francotiradores, de largo alcance y altísima peligrosidad. Ese circuito de envíos que iban a Brasil podría también funcionar en la Argentina”, dijo la ministra Bullrich. “Una pistola 9 milímetros, hoy, es considerada un arma de guerra; pero nosotros estamos planteando la posibilidad prohibir las armas que pueden atravesar chalecos antibalas, vehículos blindados”, señaló la funcionaria.
“En estos años actualizamos los reglamentos de uso de armas para las fuerzas de seguridad y reforzamos los controles para la tenencia y portación de armas en los civiles. Ahora vamos a eliminar las armas de guerra para que estas no lleguen nunca a las manos de los delincuentes”, había indicado poco antes el presidente Macri.
Luego del anuncio, el Presidente volvió a utilizar las redes sociales, para delimitar el alcance de la medida: “Nuestro objetivo es combatir el comercio y tráfico ilícito de armas de fuego. De ninguna manera pensamos restringir los derechos de los legítimos usuarios de armas que cumplen con la ley y sus reglamentaciones particulares”.
Para la ministra Bullrich, en tanto, la medida en análisis alcanzará a las municiones capaces de atravesar chalecos blindados.
Además, desde el Ministerio de Seguridad dijeron que preparan una resolución de carácter general explicando el sentido de esta medida, pero aclararon que trabajan junto con el Ministerio de Justicia, donde funciona la Agencia Nacional de Materiales Controlados (Anmac), para determinar qué armas y municiones quedarán excluidas del sistema de venta a civiles.
Diferentes fuentes especializadas en las normas relacionadas con la venta de armas explicaron a LA NACION que los máximos calibres de municiones a los que puede acceder un legítimo usuario civil son 357 y 44 Magnum. Además, detallaron: “Un arma de guerra no es un arma de uso prohibido. Los civiles pueden tener armas de guerra, hasta cierto calibre”. Actualmente, cualquier persona que desee comprar un arma de fuego debe presentarse ante la Anmac para solicitar su carnet de legítimo usuario. Deberá rendir exámenes psicofísicos, acreditar un medio de vida lícito e idoneidad de tiro, es decir, realizar en forma previa un curso que acredite su capacidad para disparar. Luego de comprar el arma deberá registrarla y solicitar la tenencia. Una vez que la Anmac otorga esa credencial, el llamado legítimo usuario puede ir a una armería para comprar la munición deseada, con un cupo permitido según el calibre.
Con el nuevo proyecto se endurecería, además, el sistema de venta de proyectiles.