El “coyote”, un viejo conocido de la frontera entre México y Estados Unidos, ha hecho su aparición en la región amazónica para conducir a inmigrantes sin papeles hasta Brasil a cambio de dinero.
Las autoridades brasileñas expresaron su inquietud por esta situación y pidieron ayuda internacional, convencidas de que esos guías clandestinos están lucrando con un flujo de extranjeros indocumentados que ingresa al país por su frontera oeste.
“Tenemos identificada, por los servicios de Inteligencia, la presencia de coyotes ganando mucho dinero. Y eso nos preocupa”, afirmó el gobernador del Estado brasileño de Acre, Tião Viana, a BBC Mundo.
Ese Estado limítrofe con Perú y Bolivia ha sido la puerta de entrada reciente hacia la mayor economía latinoamericana para unos 5.500 extranjeros indocumentados, fundamentalmente procedentes de Haití, remarcó Viana. Semanas atrás, declaró una emergencia social por el fenómeno.
Muchos inmigrantes se sienten atraídos por Brasil por la relativa permeabilidad de sus fronteras y las oportunidades laborales de un país con bajo desempleo que prepara grandes eventos internacionales como el Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
Inmigrantes en el refugio de Brasileia, Estado amazónico de Acre.
La ruta amazónica hacia Brasil, seguida sobre todo por haitianos que hablan de abusos sufridos allí, pasó a ser explorada también por inmigrantes de lugares más remotos como Nigeria o Senegal.
“Los haitianos nos explicaron cómo hacer para llegar aquí; nos presentaron al guía”, indicó Omar Thiam, un senegalés que esperaba la regularización de su estatus migratorio en un refugio de la ciudad de Brasileia, fronteriza con Bolivia.
“Situación nebulosa”
La cancillería brasileña ha pedido en los últimos días colaboración a Ecuador, Perú y Bolivia para inhibir la acción de los “coyotes” en las fronteras. El canciller brasileño Antonio Patriota sostuvo que el tema tiene una dimensión “de protección a los derechos humanos, en la medida en que son los intermediarios, los coyotes, quienes se están beneficiando de una situación de vulnerabilidad” de los haitianos.
Brasil ha intentado controlar el flujo migratorio de haitianos con la concesión de hasta 1.200 visas de trabajo anuales en Puerto Príncipe, pero no lo ha conseguido hasta ahora suficiente control. La necesidad de salir de un país aún devastado por el terremoto de 2010 ha llevado a miles de haitianos a viajar a Brasil sin permiso e intentar regularizar sus estatus migratorio después de llegar. Cientos de miles de haitianos y africanos intentan entrar a Brasil por su frontera oeste.
La situación generó un mercado potencial de clientes para “coyotes” que, según Viana, actúan en Ecuador, Perú y Brasil, consolidando una ruta internacional de migración por la que también transitan africanos y dominicanos. Miembro del Partido de los Trabajadores (PT) de la presidenta Dilma Rousseff, Viana señaló que ya hay “coyotes” identificados y entrevistados por la policía pero faltan pruebas sobre los pagos que reciben. “Siempre tienen el argumento de ser también inmigrantes ilegales, y queda esa situación nebulosa de falta de amparo legal para hacer”, comentó.
Mercado para coyotes
Mauricio Santoro, asesor de Derechos Humanos para la organización Amnistía Internacional Brasil, afirmó que la aparición de “coyotes” también responde a una “política de inmigración del gobierno brasileño que está muy volcada a atraer mano de obra con mucha instrucción educativa formal”.
El canciller brasileño pidió la colaboración internacional para frenar el negocio de los coyotes. “Eso crea un mercado para el trabajo de los ‘coyotes’, porque esos trabajadores sin tanta instrucción formal pero que también son necesarios en Brasil, terminan recurriendo a los ‘coyotes’ para lograr entrar”, le dijo Santoro a BBC Mundo.
Advirtió, además, que la ley brasileña sobre tráfico de personas “es frágil todavía” ya que tipifica ese delito sólo cuando involucra prostitución forzada, sin contemplar otros casos de trabajo esclavo o de contrabando de inmigrantes.
“Sin un dólar”
La ayuda de “coyotes” para entrar a Brasil sin papeles fue confirmada por haitianos y africanos que pasaron recientemente por esas rutas sin registrar su ingreso. Thiam, un senegalés que entró sin papeles a Brasil el 9 de marzo junto a un grupo de inmigrantes, indicó que el guía que los ayudó a llegar desde Perú les cobró US$120 por persona y US$100 a los haitianos.
“No es caro para nosotros”, dijo Thiam, cuyo periplo hacia Brasil incluyó España, Ecuador y Perú. “En África no encuentras trabajo; y si trabajas, no puedes ganar mucho dinero”. De hecho, muchos inmigrantes ven el pago al “coyote” como una inversión para asegurarse la llegada a destino en un viaje que describen como peligroso.
“Los peruanos engañan mucho a los haitianos. Les sacan dinero a la mala, hay muchos de ellos que cayeron presos; les quitan la plata”, relató Mirabel Riche, un haitiano que llegó hace un mes a Brasil y regularizó sus papeles en Brasileia, al igual que cientos de compatriotas suyos. Y agregó: “los bucones (coyotes) que guían al haitiano también le engañan. A veces salimos con US$2.000 o US$2.500 y llegamos al refugio sin un dólar”