Después de la aprobación de la Rendición de Cuentas en el final del gobierno de Carlos Fernando Arroyo donde se indicó que las cuentas municipales habían quedado ordenadas, el ex intendente habló a través de la 99.9.
El gobierno de Carlos Fernando Arroyo había presentado una rendición de cuentas del año 2019 que fue rechazada en su momento por algunos ediles opositores como el caso de Horacio Taccone, sin embargo el Tribunal de la Provincia la terminó aprobando en los últimos días.
El propio ex intendente se refirió al tema a través de la 99.9 indicando que “me pareció que era lo correcto, se hizo justicia porque el último año de la gestión fue muy difícil por las cuestiones internas, la actitud que tenía el Concejo Deliberante. Se habían desatado todos los temas políticos de por medio de competencia, algo que no es tan común y donde se superponen las situaciones personales al gobierno mismo”.
Cambiemos tenía una evidente fractura en la ciudad como fuerza política y eso, para Arroyo fue clave: “el oficialismo en ese momento estaba dividido y puntualmente los radicales no colaboraron en nada, la verdad es esa. Es una historia muy complicada con mucha gente metida en el medio. Había un grupo que luchaba por intereses personales que no distinguen la lucha por el poder que el gobierno mismo, que no es lo mismo. Una cosa es cuando uno gobierna que debe utilizar el sentido común para el bien general y otra es trabajar para llegar al poder”.
La explicación que encontró a las constantes trabas que recibió a lo largo de su mandato tiene que ver con su origen político: “tuve una oposición permanente durante los 4 años quizás porque no era parte real de un partido mayoritario, quizás eso haya sido un pecado mortal”.
Entre los que nunca le dieron un poco de apoyo desde la propia coalición que lo llevó al gobierno fue la gobernadora María Eugenia Vidal: “su actitud fue vergonzosa. Vino muchísimas veces a Mar del Plata, no pisaba mi despacho ni se preocupaba por nada, llegó a ir a actos públicos sin invitarme o sin facilitarme la llegada a través de la gente que formaba su grupo de gobierno. Es una vergüenza, eso habla muy mal de una persona en situación de gobierno, hubiera sido mejor una actitud más comprensiva de las necesidades de la ciudad”.
Sin embargo, Arroyo destacó que ese tipo de actitudes, finalmente le hicieron pagar el precio en las elecciones: “Dios al final siempre castiga de una forma u otra y tuvo su castigo en la forma en que perdió la provincia de Buenos Aires que es una vergüenza para ella desde el punto de vista político”.