El presidente del Presidente del centro de industriales panaderos, Carlos Monzón, estuvo reunido con concejales opositores en las últimas horas, pero se quejó a través de la 99.9 de la falta de medidas concretas para mejorar la industria: “lo único que pedimos es ser escuchados y que se controle porque en cualquier lado se vende pan”.
Como otros tantos comercios, las panaderías están atravesando una situación delicada y siguen en búsqueda de respuestas. Es que durante muchos años han tenido cruces con todos los políticos, oficialistas y opositores, pero ninguno sin importar la coyuntura política les pudo dar soluciones concretas.
El representante del presidente del centro de industriales panaderos, Carlos Monzón se mostró molesto por las promesas incumplidas a través de la 99.9: “seguimos afrontando problemas, más trabas. Todos nos atienden, nos escuchan, pero nadie nos da soluciones. No solamente nuestro gremio sino en muchas industrias, se está llegando a elegir entre pagar los impuestos y los servicios o cosas personales. Los impuestos se han multiplicado por 3, 4 o 5 y ni hablar de las cargas sociales”, explicó.
El kilo de pan entonces, está en un precio demasiado alto, pero tiene que ver con lo que significa estar en regla en la Argentina: “parece que el panadero que está legalmente instalado y debe pagar sus contribuciones le está robando a las personas con lo que cobra el kilo de pan y no es así. Hay mucha gente del propio oficialismo que nos escucha y otros que miran para otro lado”, agregó luego.
El propio intendente Arroyo también prometió ayudar, pero no escapó a la lógica de los restantes políticos de la ciudad: “el intendente se comprometió con nosotros a tratar la ley provincial 13.006 que viene siendo pedida por nosotros desde 2013 cuando estaba el Dr. Ciano como presidente del Concejo Deliberante y se la presentamos nuevamente ante Guillermo Saenz Saralegui que le dijo a la concejal Leniz delante nuestro que se encargue de este tema. Nunca hubo respuesta”, refirió Monzón.
Además de las cargas impositivas que son asfixiantes, tienen una competencia deshonesta y peligrosa para los consumidores: “hay ferias como la de Luro y Salta donde se comercializa el pan y a nosotros nos cae bromatología y nos clausura por cualquier cosa. En los supermercados chinos también ponen precios que no son reales y parece que nosotros estamos robando la plata cuando no es así”.
En las últimas horas estuvieron reunidos con Mario Rodríguez, Eduardo Abud, Santiago Bonifatti y representantes de Marina Santoro, aunque no hubo más que una nueva promesa de campaña: “hay un grupo de concejales que nos atendió y vino a hablar con nosotros. Acaba de cerrar una panadería tradicional en Champagnat y San Lorenzo, pero los trabajadores no fueron a parar a otras panaderías como la del hermano que también tiene una cadena. Ese trabajo va a parar a la clandestinidad y por eso estamos preocupados”, agregó planteando otro problema de la industria.
No es demasiado lo que demandan, al menos como un paso inicial para luego avanzar en medidas más profundas: “tenemos más de 300 panaderías y calculamos que tienen 5 empleados promedio por cada una de ellas, lo único que pedimos es ser escuchados y que se controle porque en cualquier lado se vende pan”, finalizó.