La Directora Ejecutiva de Proyectar ONG se refirió en la 99.9 al trabajo que realizan tratando de limpiar esas cuencas absolutamente contaminadas e indicó que a veces se mete la política y traba los proyectos que llevan adelante.
La política a veces construye pero en otras no hace más que destruir intencionalmente. Eso en las villas se ve reflejado constantemente y sobre todo en algunos lugares de Buenos Aires. Proyectar ONG es una institución que se propuso dejar un mejor medio ambiente para los más chicos y mejores personas para el medio ambiente a futuro, pero se han encontrado con múltiples obstáculos.
La Directora Ejecutiva de Proyectar ONG habló en la 99.9 acerca de la idea que intentaron desarrollar con éxito en algunos lugares y chocando contra la política en otros con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas que viven a la vera del Río Reconquista o del propio Riachuelo: “la respuesta a todo es que hay una falta del estado que nunca estuvo por falta de interés, no de recursos. Hasta que los diferentes políticos, de distintos gobiernos, no se pongan de acuerdo para una política concreta que lleve al saneamiento de las cuencas, no será posible avanzar”, señaló en principio.
Luego explicó la iniciativa: “pusimos el foco en el Reconquista por ser todos de Zona Norte. Hicimos un trabajo muy minucioso de investigación con la Facultad de Agronomía de la UBA y TECHO que censa toda la cuenca. Nos metimos en casi todas las villas de 18 partidos, trajimos todo el material y lo pusimos arriba de la mesa. Las causas son sociales e industriales, hay dos patas fundamentales que son la mitigación y la educación. La consecuencia es el ambiente contaminado y eso también contamina a la población. La falta de cloaca y la basura son un gran problema, muchas de las villas en un 60% no tienen cloacas, son vertidos que van directamente a las villas.
En consecuencia, diseñaron un estrategia de trabajo que fue posible aplicar en algunos lugares, pero en otros no: “diseñamos un proyecto que se llama Barrio Limpio y lo empezamos a trabajar en Fuerte Apache, La Garrote y Dique Luján. Funciona bien salvo en La Garrote donde se metió la política y nos frenó el proyecto. Recogemos toneladas de residuos que podrían estar tirados en la calle. El estado pone oficinas en el medio de las villas, en algunas, en las que más le interesa, desde ahí boicotearon nuestro proyecto”.
A partir de eso señaló que puntualmente en Villa La Garrote han tenido que dejar de entrar por la fuerte presión política que se ejerce sobre las personas: “es una villa super conflictiva donde están todos los partidos políticos trabajando, no hay buena convivencia, tironean para todos lados. Todos los partidos políticos necesitan las villas, hay populismo de derecha y de izquierda pero no deja de ser nefasto, porque les prometen cosas, bajan plata y a ellos les llega muy poco”.
Desde su experiencia, dentro de las villas hay mucha gente que lucha por salir de ahí o por mejorar sus condiciones de vida, pero hay otros que no lo hacen. Hay de todo como en la sociedad misma: “como ONG vemos grupos de personas y una Argentina que no es la que aparece en los medios. Hay muchas personas que quieren salir adelante y trabajan a destajo para hacerlo y mejorar su barrio. Después está el que es vago y lo será sin planes o con 200 planes”.