La vecina de Plaza Rocha habló en la 99.9 sobre la situación que atraviesan los vecinos por la venta de drogas que ha traído mucha inseguridad a la zona.
Los vecinos de Mar del Plata están cansados de no recibir respuestas en sus reclamos por mayor seguridad. Esta vez los vecinos de la zona de Plaza Rocha hicieron una reunión en el Club Quilmes para abordar el tema, teniendo en cuenta que no se sienten acompañados por el gobierno municipal.
Una de sus voceras es Carolina Saralegui que habló en la 99.9: “hace un año que estamos con una lucha con las personas trans y la venta de drogas desde Plaza Rocha hasta la Terminal nueva. Estamos peleando día a día por la inseguridad que conlleva la gente que viene comprar las sustancias. La Comisaría Primera está muy cerca, hay presencia policial pero es como si no estuviera porque no hacen nada. Lo único que pueden hacer son contravenciones. Hay una persona de las que vende que tiene más de 100 contravenciones y no la detienen”.
Ya han ido directamente con las autoridades buscando que algo cambie, pero no encontraron la predisposición que esperaban: “hablamos con el Secretario de Seguridad Rodrigo Goncalvez y la primera vez que nos reunimos, nos dijo que la prostitución no está prohibida. Nosotros respondimos que no se prostituyen, venden droga nada más. Lo que hacen es un negocio, la entrega de drogas y no ejercen una actividad sexual. Ayer invitamos a la reunión en el Club Quilmes al intendente Montenegro, a Rodrigo Goncalvez y Agustín Neme; ninguno se presentó. El único que respondió el mensaje fue Goncalvez diciendo que estaba en una reunión y podíamos pautar otra la semana que viene. Así nos tienen hace un año”, aseguró la vecina.
Lo que se supone que es una Zona Roja encubierta, no tendría que funcionar allí porque hace muy poco tiempo el propio Concejo Deliberante creó una ordenanza para abordar el tema: “hay una ordenanza que lleva la Zona Roja adonde no hay nada y ahí no la pueden cumplir. Si no pueden cumplirla, ¿para que hacen una ordenanza?. Cuando hablamos con Neme y nos juntamos con un grupo de vecinos, dijo un discurso político. Nos dijo que “no están sólos” pero sí, estamos sólos. Se pasan la pelota de uno al otro, pero nadie hace nada”.
En su caso, Carolina no puede abrir su negocio temprano y aquellos comerciantes de la zona que cierran en determinado horario tampoco quieren hacerlo porque la inseguridad es moneda corriente: “a las 7 de la mañana están todos los zombies, como les decimos nosotros. Los que tienen que trabajar hasta las 20.30 o las 21, no pueden hacerlo. La farmacia no puede trabajar en el turno noche cuando le toca estar de turno porque la gente no quiere bajar del auto por miedo. Estamos realmente sólos porque nadie nos da una respuesta“.