Tras los agravios del diputado kirchnerista Juan Cabandié a una agente de tránsito que luego fue despedida, el también nieto recuperado Matías Reggiardo Tolosa le dirigió una carta abierta al legislador a través de las redes sociales. Allí, le recuerda que por su condición de hijo de desaparecidos tienen “una responsabilidad ante la sociedad” y que por el contrario pertenecen a “una raza superior”.
Ayer, la diputada y también hija de desaparecidos Victoria Donda, señaló: “no tenemos moral especial, ni transpiramos agua bendita”.
Belén Mosquera fue echada del municipio de Insaurralde, aunque desde Lomas de Zamora dijeron que el despido “no tuvo nada que ver” con el hecho de público conocimiento. A continuación, el texto que publicó Matías Reggiardo Tolosa en su cuenta de Facebook:
“Juan, soy Matías Reggiardo Tolosa, ese chico cuya historia es similar a la tuya, ese cuya historia te hizo repreguntarte sobre tu propia historia. Te escribo esta carta porque siento que vos y yo, como nietos recuperados por Abuelas, tenemos una responsabilidad ante la sociedad; la responsabilidad (y mucho más cuando, como en tu caso, te dedicás a la política y sos una persona pública) de llevar en alto los valores que pregonaban nuestros padres para el país.
En este marco, creo que esa responsabilidad debe ser llevada con altura en cada ocasión de la vida cotidiana, tanto en el ámbito laboral como en la forma en que nos manejamos en la calle y con los demás. Es por eso que he observado con una enorme tristeza tu lamentable conducta frente a un simple control de tránsito en Lomas de Zamora, y he observado con absoluta incredulidad tus dichos. Es que simplemente no sos la única persona cuyos padres han sido secuestrados y torturados y, luego, asesinados. No sos el único que nació en circunstancias inhumanas, no sos el único cuya identidad ha sido robada vilmente, no sos la única víctima de ese crimen de lesa humanidad que deja huellas indelebles e imborrables que se llama ‘apropiación’; y me afecta en lo personal el hecho de que el común de la gente crea, por casualidad, que todos nosotros nos manejamos de la misma forma por la vida.
No era una situación tan complicada, solamente podías esperar a que algún asistente te alcanzara al lugar adonde estabas siendo retenido la documentación que te faltaba. Esa era una salida que podías arreglar fácilmente con la agente de tránsito. Y a diferencia de lo que afirmás falsamente en el video, la falta del último comprobante del seguro vigente SÍ es una causa de retención de vehículo, puesto que las autoridades no tienen forma de saber si el rodado está asegurado acorde a lo que dispone la ley o no.
La verdadera razón por la que te escribo esta carta es porque afirmás algunas cosas durante la conversación que me afectan hasta la violencia moral, porque también soy Nieto Restituído y porque veo todos los días a la gente cara a cara con la frente en alto y no quiero que nada de lo que se ve en ese video afecte mi imagen personal porque, gracias a Dios, tenemos valores bastante diferentes.
Cuando le decís a Belén Mosquera ‘porque yo soy hijo de desaparecidos’ se lo decís con un tono de superioridad; es decir, en algún rincón de tu mente suponés que vos y yo somos diferentes al resto de los mortales en nuestro país, que somos una raza superior o que nuestra historia nos da derecho a tener impunidad. Lo entiendo, vos sos uno de los que se ha creído el maldito relato, ese relato mentiroso que dice que este Gobierno representa la continuidad de los ideales de nuestros viejos y que están poniendo esos ideales en práctica, ese relato maldito que sirve para justificar todo porque somos la reencarnación y la continuidad de la ‘Juventud Maravillosa’. Ese relato jamás lo creí, siempre vi a este Gobierno con el mismo escepticismo que a todos los demás del ’83 a la fecha, más allá de los innegables avances en materia de juzgamiento a los delitos de lesa humanidad y de los esfuerzos para encontrar a nuestros hermanos.
Es muy simple, no considero que para honrar la memoria de nuestros Padres haya que salir a defender a Gildo Insfrán y chicanear a Félix Díaz. No considero que debamos salir en todas las fotos con el exultraderechista en los ’70, socio de las multinacionales mineras y actual gobernador de San Juan, José Luis Gioja. No considero que para honrar la memoria de nuestros viejos sea conveniente sacar a patadas de los Quom de la 9 de Julio. Siento que a veces considerás que nuestros Derechos Humanos son Derechos Humanos de primera, mientras que hay otros Derechos Humanos que son de segunda, pues no te ví en la marcha para pedir JUSTICIA+51 por los asesinados de la corrupción; no solo no te vi allí, más bien te he visto en más de una oportunidad compartiendo escenario con DE VIDO, uno de los asesinos.
Hay ciertas cosas de tu conducta frente a la agente de Tránsito que me asustan, Juan: cuando le decís ‘te hiciste la guapa, pero yo soy más guapo que vos’, sabés bien quiénes usaban esta especie de poronguismo permanente, quiénes andaban por la vida matoneando a todo el mundo con una soberbia inocultable, quiénes se creían impunes, quiénes se creían Dios. Me entristece que uses la misma forma de conducirte que esas personas. Todavía recuerdo cuando yo tenía 18 años y empezaba a manejar, como mi apropiador me enseñaba, que yo no era igual que los demás, que era superior por ser ‘hijo’ de él; cómo debía reaccionar frente a un control policial mencionando de inmediato su apellido, cómo me decía ‘vos tenés que chapear’, ‘a vos nadie te toca el culo’. Es que increíblemente, en plena democracia, seguía teniendo mucha gente que lo apoyaba y muchos contactos en la Policía Federal Argentina, y claro está para él, yo era un ciudadano de primera mientras que los otros eran de segunda.
Luego decís ‘estoy adonde tengo que estar’, y ¿sabés qué, Juan? No estoy de acuerdo, no tenés una carrera política propia y generada en base al mérito y el esfuerzo. Lamento informarte, Juan, que no has hecho una acumulación de mérito suficiente como para llegar al Congreso sin otro argumento que no sea el mero hecho de ser hijo de desaparecidos y, peor aún, temo que hagas lo mismo que hizo Horacio Pietragalla y votes a favor de leyes como la LEY ANTITERRORISTA, que tanto dolor nos ha generado. Decís ‘estoy adonde tengo que estar’ y con eso querés decir que la dieta de mas de 100.000 por mes que te correspondería como Diputado Nacional te corresponde, está clarísimo. Es tu momento de sinceridad brutal, ser parte de esa elite de Youppies llamada pomposamente La Cámpora, que administra fraudulentamente una compañía aérea cuyo gerente no presenta un solo balance hace 4 años, y que se resiste a declararla empresa pública para no ser controlado por la oposición, y por eso creés que hacer zarpar un vuelo exclusivo con militantes en 2009 solo para ver un partido de Eliminatorias es algo normal, un privilegio más que te corresponde.
Lo lamento muchísimo, Juan; por más esfuerzo que hago no logro que eso me pase. Reconozco que tengo una furia incontenible y más de una vez no la puedo detener, que estoy harto de esperar que se haga justicia, que no entiendo que gente que nos hizo lo que nos hicieron a vos y a mí pueda ser considerada ‘humana’ siquiera, pero no logro que eso me haga sentir superior. ¿Sabés lo que me pasa Juan? Salgo a la calle, veo a un chico muerto de hambre o consumiendo paco y no puedo sentirme superior a él, y no puedo entender por qué, en base a lograr justicia por nuestros viejos, tenemos que olvidarnos de estos pibes. No puedo, me cuesta, no puedo olvidarme de los Quoms asesinados en Misiones y no veo cual es la ‘ventaja política estratégica’ en función de lograr los objetivos de encontrar a nuestros hermanos que semejante apoyo nos otorga. No puedo ni aun intentándolo. Me cuesta demasiado, Juan, sacarme fotos con el Ultramenemista Alak, que era persona NO GRATA para todos los organismos de Derechos Humanos en LA PLATA de los ’90, como si se tratara de un militante de la primera hora de los Derechos Humanos. No puedo Juan, se me hace cuesta arriba. No entiendo por qué tenemos que mirar para otro lado cuando designan un Jefe del Ejército que participó de operativos de secuestro durante la dictadura, y menos entiendo el argumento de que no es responsable por su bajo rango, es exactamente el mismo argumento de mi apropiador. Lo lamento Juan, no me sale, no lo siento. Me duele mi país, me duele la gente que se muere de hambre en el norte mientras sus gobernadores usan los aviones sanitarios para irse de vacaciones al Caribe, gobernadores que han sido menemistas y que tienen al poder como propiedad familiar, no entiendo cómo una alianza estratégica con ellos nos está beneficiando.
Yo también me banqué la dictadura Juan, sufrí exactamente lo mismo que vos, también soy víctima del mismo delito aberrante, y sí tengo bronca contra el mundo, no puedo entender la aberración que nos tocó, pero tampoco entiendo las demás aberraciones. No puedo, ni haciendo un esfuerzo, tratar como a un ciudadano de segunda a una agente de Tránsito contratada precarizada de 22 años de edad, ni mucho menos he hecho despedir a alguien en mi vida. Puede que sea débil y no me consideres digno representante de la generación de nuestros viejos, pero no puedo pedir ‘correctivos’ para alguien sabiendo que su trabajo está en juego y después desinteresarme por su destino, pues, claro está: la echaron, sabías que lo hicieron y no hiciste nada para que la volvieran a tomar.
Lo lamento mucho, Juan, sé que te vas a enojar por esto, pero es un mero acto de supervivencia, de autodefensa frente a la violencia moral que ejercés; y acordate muy bien de dónde venimos, no te lo olvides nunca, no olvides que la mentira es lo peor que nos han hecho. No está bueno andar mintiendo por la vida.”