Un joven cachalote que llegó muerto a la costa sureste de España a finales de febrero probablemente falleció después de ser incapaz de digerir casi 30 kilogramos de basura marina compuesta por plásticos que fueron encontrados en su estómago e intestino, dijeron científicos este mes.
El cachalote de casi 10 metros de largo fue arrojado por la marea el 27 de febrero a una playa rocosa en Cabo de Palos, una ciudad portuaria del Mediterráneo ubicada en el municipio de Cartagena, en la región de Murcia. No había alcanzado la edad adulta, pero pesaba 6,5 toneladas, un peso escaso para un cetáceo que puede llegar a las 54 toneladas como adulto.
Cuando los científicos realizaron la necropsia, la razón se volvió evidente: tenía 29 kilogramos de basura —bolsas de basura, sacos de rafia, cabos, trozos de redes, un bidón— que obstruyeron sus intestinos y estómago. No pudo procesar la basura o pasarla a través de su sistema digestivo, lo que causó una grave inflamación al tiempo que su salud se deterioraba, funcionarios de la región de Murcia dieron a conocer.
“La presencia de plásticos en mares y océanos es una de las mayores amenazas para la conservación de la fauna silvestre en todo el mundo”, dijo en un comunicado Consuelo Rosauro Meseguer, directora general de Medio Natural.
Los cachalotes pueden sumergirse miles de metros hacia las regiones más oscuras del oceáno para cazar calamares, pero entre esas inmersiones profundas a menudo pasan tiempo en la superficie, lo que los hace susceptibles a ingerir restos flotantes que pueden ser confundidos con alimento.
La contaminación en el océano tiene efectos desastrosos, particularmente en la vida salvaje. Debido a las corrientes océanicas, algunos de los restos flotantes a la larga forman islas de basura que flotan sobre o un poco debajo de la superficie. Se calcula que una de esas áreas entre California y Hawái, conocida como la Gran Mancha de Basura del Pacífico, contiene por lo menos 87.000 toneladas de plástico.
Conforme la cantidad de plástico en el océano aumenta cada año, algunos científicos creen que la basura podría matar a más animales que los efectos del cambio climático. Cuando dos ballenas llegaron a la playa en el norte de California en 2008, los científicos descubrieron que habían ingerido bolsas y redes probablemente arrojadas por pescadores. El estómago de una de las ballenas se había roto y la otra, que había consumido más de 73 kilogramos de basura, probablemente murió de inanición porque la basura obstruyó su estómago.
Las autoridades en Murcia anunciaron los hallazgos de la necropsia, que fue realizada por el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre El Valle, como parte de la campaña para crear conciencia sobre el plástico y la basura en las aguas de la región costera. Los voluntarios están limpiando las playas y solicitan a la gente que reflexione sobre qué hace con la basura plástica.
“La Región de Murcia no es ajena a este problema que debemos atajar a través de acciones de limpieza y, sobre todo, de concienciación de los ciudadanos”, dijo Rosauro Meseguer.