Caso Chocobar: la fiscalía pidió 18 años de prisión para el otro ladrón que atacó al turista estadounidense en La Boca

La fiscal del juicio, en el que también se debate el asesinato cometido por el policía, consideró que J.P.R., el menor que atacó a Frank Wolek el 8 de diciembre de 2017, es autor de un robo agravado por el uso de armas y la tentativa de homicidio.

El juicio del caso Chocobar se aproxima a su capítulo final. Este miércoles fue el turno del alegato de la fiscal del juicio, Susana Pernas, en la parte del debate que concierne al menor que junto a Juan Pablo Kukoc (18 años, muerto de un tiro por la espalda a manos del policía bonaerense) atacaron al turista Frank Wolek en el barrio de La Boca el 8 de diciembre de 2017. La representante del Ministerio Público Fiscal pidió 18 años de prisión para el joven -en el momento del hecho era menor- por el delito de robo agravado cometido con armas, en concurso real con tentativa de homicidio criminis causa.

J.P.R., el ladrón que le robó una cámara de fotos a Wolek aquella mañana de fin del año 2017 y lo apuñaló junto a Kukoc, está detenido desde pocos días después del ataque a Wolek. Su defensa, a cargo de José Albino Stefanolo, debía dar su alegato también este miércoles pero pasó para el 19 de mayo por decisión de los jueces del Tribunal Oral de Menores 2 de Capital Federal tras un pedido del abogado.

El juicio continuará el viernes 21 con los alegatos de la querella, que representa a la mamá de Kukoc en su demanda contra Chocobar, y de la fiscal Pernas respecto de la acusación al policía bonaerense. La defensa de Chocobar tendrá su turno el miércoles 26, día que además cumple años el acusado, y el veredicto finalmente se espera para el viernes 28.

“Coincidimos con esa descripción de la Fiscalía. Ese ataque despiadado a Wolek es lo que determinó a Chocobar a disparar al piso para impedir la embestida de Kukoc cuando corrió hacia él en la esquina de Suárez e Irala. Chocobar cumplió con la ley y con su deber”, remarcó Fernando Soto, representante legal de la policía bonaerense, tras el cuarto intermedio de los alegatos de este miércoles. El homicidio criminis causa, imputado a J.P.R. se da cuando el autor del hecho intenta matar para ocultar otro delito, en este caso el robo.

Que Chocobar disparó al piso y no directo contra Kukoc mientras el ladrón escapaba es la estrategia de la defensa del policía en la etapa final del juicio. El miércoles de la semana pasada el agente declaró ante el Tribunal: sostuvo que cumplió con su trabajo y no sólo dijo que no disparó a matar sino que cuando gatilló, Kukoc estaba de frente a él.

En aquella audiencia los jueces le preguntaron cómo explicaba entonces las imágenes registradas en las cámaras de video, donde se ve claramente que el asaltante cae mientras corre hacia adelante, de espaldas al policía. Y le pasaron la secuencia en una pantalla. Pero según contaron fuentes del caso, Chocobar “no lo pudo explicar”.

El acusado dijo que el ladrón corrió 30 metros después de que él disparó cuatro veces y que una bala impactó en el fémur de la víctima. Nuevamente, le mostraron las cámaras, donde se observa que Kukoc cae inmediatamente al suelo y queda inmóvil.

De acuerdo a lo que informó Soto a este medio, en su declaración el agente bonaerense también dijo que Kukoc tenía la mano envuelta en su campera, lo que le hizo sospechar que dentro llevaba un cuchillo. Además, sostuvo que gritó “alto Policía” y disparó al aire. “Dijo que no se acuerda cuántas veces pero cree que dos. Y le dijo ‘tirate al piso’ pero Kukoc salió corriendo y se dio vuelta”, agregó Soto. Según él, Chocobar comentó: “Pensé que me estaba midiendo”.

Chocobar aseguró que disparó porque Kukoc se le venía encima. El Tribunal le preguntó si tiró por la espalda y/o a matar. Según Soto, él respondió: “Yo le disparé en el mismo momento que se vino hacia a mí pero en el mismo momento vuelve a girar, como un amague, todo en un mismo momento, todo a la vez, y yo disparo a los pies, hacia abajo porque no quería matarlo”.

“Después se me nubla la vista y lo veo correr y ahí cae”, agregó Chocobar según la versión de su indagatoria relatada a Infobae por su abogado defensor. “Él no quiso ponerse en una explicación legal, él contó lo que contó siempre”, comentó Soto, para quien la declaración “fue muy positiva, fue impecable”.

No se quedó con la misma sensación Pablo Rovatti, abogado del Ministerio Público de la Defensa que representa a Ivonne Kukoc. “La declaración indagatoria de Chocobar fue contradictoria con sus indagatorias prestadas en la instrucción. Primero dijo que Kukoc no había llegado a darse vuelta, pero que tenía mucho temor y por eso disparó con una mano dos veces. Pero como eso no cerraba con la cantidad de vainas servidas encontradas en el lugar, ahora dijo que disparó en más oportunidades, pero que lo hizo cuando lo tenía de frente y se le venía encima”, confirmó.

“Como el video muestra otra cosa (a una persona huyendo de espalda, que cae producto de los disparos), dijo que el momento en que supuestamente se le venía encima ocurrió casualmente en el único momento y lugar donde no está filmado”, sostuvo el abogado y agregó: “Pero tampoco esta versión cierra con la autopsia, según la cual los dos disparos ingresaron por la espalda. Es médicamente imposible correr 30 metros con el fémur fracturado, como dijeron los expertos del Cuerpo Médico Forense”.

Según Rovatti, cuando el tribunal le preguntó si había alguna explicación que pudiese dar sobre esto, “dijo simplemente que no podía dar ninguna explicación”. “En definitiva, luego de escuchar la versión de Chocobar, estamos en condiciones de decir que se trata de una comprensible mentira para intentar mejorar su muy comprometida situación”, definió el abogado querellante.

Sobre Chocobar, que en aquel momento cumplía funciones en la Policía Local del partido bonaerense de Avellaneda, pesan dos imputaciones. El Ministerio Público Fiscal, a través de los fiscales de instrucción Marcelo Martínez Burgos y la fiscal de juicio Susan Pernas, lo acusa de “homicidio agravado por haber sido cometido con un arma de fuego en exceso del cumplimiento del deber”. De ser hallado culpable de este delito, el agente podría recibir una condena de hasta cinco años de prisión. Si le dan menos de tres, no quedará preso. En efecto, nunca estuvo detenido.

La querella va por todo y lo acusa de “homicidio agravado por haber sido cometido por integrante de fuerza policial con abuso de sus funciones”, lo que implicaría una pena de prisión perpetua.