El secuestrador de las tres jóvenes de Cleveland logró un acuerdo con el fiscal para evitar la pena de muerte.
El “monstruo” de Cleveland, como se denomina a Ariel Castro, quien secuestró, torturó y abusó sexualmente durante una década de tres jóvenes en su casa de Ohio, ha aceptado, por ofrecimiento del fiscal, declararse culpable de los 977 cargos en su contra a cambio de evitar la pena de muerte. De esta manera, el secuestrador cumplirá una sentencia a cadena perpetua sin posibilidad de fianza y otros 1.000 años de prisión. El juez todavía debe aceptar los términos del acuerdo.
“¿Entiende que nunca más volverá a salir en libertad?”, le preguntó el magistrado. “Soy consciente de la pena y consiento a la misma”, respondió Castro. “Sabía que me iba a caer la pena más grave”, agregó el pasado viernes.
Entre los cargos por los cuales se lo acusa hay secuestros, violaciones, torturas y dos delitos por homicidio imprudente, tras haber provocado dos abortos a una de sus víctimas. En el Estado de Ohio, dichos crímenes están sancionados con la pena capital. Sin embargo, tal y como solicitaron los abogados de Castro, al declararse culpable evita dicho castigo.
Luego de la decisión del magistrado, los abogados de las víctimas explicaron en un comunicado que “ellas están satisfechas con la resolución del caso y están deseando que termine cuanto antes el proceso”. De no haber acordado, el juicio hubiera comenzado el 5 de agosto y las tres jóvenes tendrían que comparecer ante el jurado y recordar a lo que fueron sometidas. La fiscalía, no obstante, se ha reservado la posibilidad de solicitar la pena de muerte si se descubren nuevos delitos.