La actriz francesa defiende este lunes en Libération la controvertida carta que publicó la semana pasada en ‘Le Monde’ junto a un centenar de intelectuales en la que reivindicaban la “libertad de importunar” de los hombres en medio de la ola de acusaciones de acoso sexual desatada por el caso Weinstein. Sin embargo, Deneuve presenta disculpas a quienes pudieron sentirse agredidas.
La controversia desatada por la carta de la actriz Catherine Deneuve y un centenar de intelectuales publicada la semana pasada en el vespertino Le Monde sigue haciendo correr tinta en la prensa francesa.
Este lunes, una fotografía de Deneuve fumando ilustra la portada del diario progresista Libération con el título: “Soy una mujer libre y lo seguiré siendo”. Porque Deneuve decidió asumir la carta que ha desatado la furia de un sector del feminismo y de la sociedad de Francia, sobre todo a partir de declaraciones de otras suscriptoras del texto, como la ex actriz porno Brigitte Lahaie, que sostuvo en televisión que “la mujer puede gozar durante una violación”.
“Decir en una cadena de televisión que se puede gozar durante una violación es peor que un escupitajo en la cara de todas las que han sufrido ese crimen”, sostiene este lunes Deneuve.
La actriz, que se desmarca de otras firmantes del texto de Le Monde, extiende sus disculpas a quienes se sintieron ofendidas por la tribuna.
“Saludo fraternalmente a todas las víctimas de actos odiosos que pudieron haberse sentido agredidas por este texto publicado en Le Monde, es a ellas y sólo a ellas que presento mis disculpas”, afirma.
Sin embargo, Deneuve asume la nota que rubricó. “Efectivamente firmé la petición titulada en el diario Le Monde ‘Defendemos una libertad…’ (…). Sí, amo la libertad. Pero no amo esta característica de nuestra época en donde todos consideran tener el derecho de juzgar, ser árbitros, condenar”, apunta la actriz.
Deneuve cuestiona sobre todo la metodología y el castigo utilizados contra quienes son acusados de acoso sexual. Vivimos, deplora, “una época en donde simples denuncias en las redes sociales originan sanciones, dimisiones, y a veces y a menudo linchamientos mediáticos. (…) No disculpo nada. No zanjo sobre la culpabilidad de esos hombres ya que no estoy calificada para ello. Y pocos lo están”, continúa, agregando que no le gusta el “efecto rebaño”.
La artista intenta matizar su posición, entre reconocer la realidad del acoso y cuestionar las herramientas utilizadas para denunciarlo.
“Hay, no soy cándida, muchos más hombres dados a esos comportamientos que mujeres. ¿Pero en qué el hashtag (#Balancetonporc, ‘Delata a tu cerdo’, NDLR) no es una invitación a delatar? ¿Quién puede asegurarme de que no habrá manipulaciones o golpes bajos? ¿Que no habrá suicidios de inocentes?”, se pregunta.
La actriz reflexiona sobre las consecuencias del camino elegido y lo que esto dice de nuestra época, donde “un actor puede ser borrado digitalmente de una película, un director de una gran institución neoyorkina llevado a renunciar por poner manos en traseros 30 años atrás sin ningún tipo de juicio”. Y extiende du preocupación a otros artistas de otras épocas cuya conducta moral puede ahora poner en peligro una obra consagrada, llevando a “las limpiezas en las artes”.
“¿Se va a quemar a Sade? ¿Designar a Leonardo Da Vinci como un artista pedófilo y borrar sus lienzos? ¿Descolgar los Gauguin de los museos? ¿Destruir los dibujos de Egon Schiele? ¿Prohibir los discos de Phil Spector? Este clima de censura me deja sin voz e inquieta sobre el futuro de nuestras sociedades”, advierte.
En cuanto a la lucha contra el acoso, Deneuve hace hincapié en enseñar a los jóvenes.
“La solución vendrá de la educación de nuestros muchachos y muchachas”, asevera.