Su consumo aumentó 3.000 veces en los últimos cinco años en el gigante asiático. Las compran en Chile y también en la Argentina. Además importan paltas y duraznos.
El boom de consumo desatado en China por la extraordinaria capacidad de compra de la nueva clase media de 440 millones de integrantes con ingresos comparables a los norteamericanos (U$S 35.000 / U$S 45.000 anuales) hace que el volumen de cerezas, paltas y duraznos provenientes de América Latina se haya multiplicado por 10 en los últimos 5 años.
El consumo de paltas importadas ha crecido más de 1.000 veces en ese período, según el “Diario del Pueblo” de Beijing; y las cerezas de Chile y de la Argentina se han convertido en la fruta favorita de la nueva clase media, cuyo consumo ha aumentado 3.000 veces entre 2013 y 2018.
El consumo de duraznos es relativamente reciente; y los chinos los compran sobre todo en Tailandia y Malasia, adonde viajan con el sólo objeto de comprarlos. Más de 90% de las cerezas importadas son chilenas; y uno de los principales motivos de su enorme aceptación es que la cosecha de Chile se realiza entre los meses de noviembre y enero, que es cuando se festeja el “Festival de la Primavera”, tradicional encuentro de la cultura china.
Las exportaciones de cerezas chilenas a la República Popular superaron U$S 1.200 millones en 2018, y se duplicarían a este ritmo en 5 años. Existe un acuerdo de libre comercio entre Chile y China hace más de una década; y los 2 países suscribieron una versión más amplia y profunda de ese pacto en 2017.
El resultado es que el 97% de los productos intercambiados entre Chile y la República Popular tiene arancel cero (0%), y uno de ellos es la cereza.
El crecimiento de la producción de cerezas en Chile es excepcional; y una compañía chilena –San Francisco Las Garces- se ha convertido en la primera productora cerecera del mundo, con una oferta que ha aumentado 25 veces en los últimos 15 años.
Por eso es que gran parte de la producción frutera chilena se ha volcado al negocio de las cerezas, sobre la premisa de que el notable consumo en China de la nueva clase media recién se encuentra en su fase inicial.
El año pasado, las exportaciones de cerezas a China crecieron 17%, según la Asociación Chilena de Exportadores de Frutas (AChEF).
Algo semejante ha ocurrido con las importaciones de paltas. China importó 30.000 toneladas de paltas en 2010, que treparon a 2 millones de toneladas en 2017, una curva de crecimiento virtualmente vertical. Las paltas provienen básicamente de México, que exportó más de U$S 25.000 millones de ese producto al mercado chino en 2018.
Estados Unidos es el primer mercado para las paltas mexicanas; y está unido a México por un tratado de libre comercio (el nuevo NAFTA negociado en 2018). China sería su segundo mercado en un período de tres a cinco años.
Las grandes ciudades chinas –Shanghai, Beijing, Guangzhou, entre otras-, son el destino preferido de las paltas mexicanas, convertidas para la nueva clase media en sinónimo de alimentación saludable.
La Argentina tiene las mismas condiciones ecológicas que Chile para la producción de cerezas; y en el último trimestre del año pasado comenzaron las exportaciones vía área a la República Popular.
La demanda china es el eje de las exportaciones argentinas en el siglo XXI.