Estados Unidos está pasando por un momento muy particular en cuanto a la tenencia de armas de fuego. Según las estadísticas, durante el 2012 fallecieron en Chicago 506 personas, más que los que se contabilizaron en Afganistán.
Tras la masacre de Newtown, se reactivó el debate sobre las armas en Estados Unidos. Pero hay otro tipo de víctimas de la violencia armada que no está relacionada con las matanzas en colegios o cines. Ellos son víctimas de los tiroteos aislados, que hoy en día tienen un número muy alto de fallecidos, pero no tienen la misma atención que las masacres en público.
Chicago es una de las ciudades con más alta tasa de violencia e inseguridad. En 2012, tuvo un saldo de 506 asesinatos relacionados con armas de fuego, un 16% más que en 2011. Y en lo que va del 2013, ya se han registrado 43 muertes por disparos de balas, el número más alto en décadas, en un mes.
La policía, además, contabilizó 2.364 tiroteos, un 12% más que en 2011. Quienes sufren estos ataques son los más jóvenes. El año pasado, 319 estudiantes de escuelas públicas de la localidad recibieron disparos, 24 de ellos mortales.
Sin embargo, Chicago no es una de las ciudades con mayor índice de violencia de Estados Unidos, pero el incremento de la criminalidad en este último tiempo, ha hecho que el Gobierno comience a preocuparse por ella. El propio Obama, que creció como político en Chicago, cuando presentó su plan para el control de armas a principio de este año, además de enumerar las matanzas en Colorado, Virginia o Connecticut, también mencionó las muertes que se suceden cada día en las esquinas de las calles de Chicago.
Según el Chicago Crime Lab de la Universidad de Chicago, esta es la localidad con mayor población que ha visto crecer de manera exponencial su índice de violencia armada, justo cuando en el resto del país se produce un descenso generalizado del número de muertes violentas.
El superintendente Garry McCarthy explicó a la radio local WBEZ que las armas que se utilizan en las calles de Chicago “se compran legalmente fuera de los límites de la ciudad y se introducen en ella ilegalmente. Esas son las que acaban matando a nuestros vecinos”. Además indicó que en 2012, se incautaron 7.400 armas de fuego.
Lo sorprendente es que Chicago y el Estado de Illinois tienen una de las legislaciones más restrictivas en cuanto al uso de armas
De acuerdo a las organizaciones como Black Youth Porject, Cease Fire Illinois o Cure the Violence coinciden en que el aumento de la criminalidad en Chicago se debe a las desigualdades sociales, ya que los tiroteos se concentran en los barrios con menor índice de ingresos y en el que residen las minorías afroamericana e hispanas. Desde Cure the Violence sostienen que “el desempleo en esas zonas ronda el 35%. Uno de cada cinco habitantes afroamericanos está en el paro y uno de cada tres vive por debajo del umbral de la pobreza. En esas zonas, un arma ofrece seguridad. El arma es poder”.
El alcalde Emanuel dijo que presentará su propio plan para el control de armas. Asimismo, el superintendente de Policía de la ciudad también tomó como prioridad luchar contra la violencia de las armas y aumentarán las penas de prisión a los que sean condenados por delitos relacionados con armas de fuego.