Se trata del evento desarrollado por la firma Bioceres; se abre el camino para su exportación.
El Gobierno de China aprobó la soja tolerante a sequía de la firma argentina Bioceres. La decisión fue dispuesta por el ministerio de Agricultura de ese país, el mayor importador de grano de la oleaginosa del mundo (adquirió 96,54 millones de toneladas en 2021). La información fue anticipada por Bloomberg y confirmada por LA NACION en fuentes del Gobierno. También lo hizo público Bioceres en redes sociales.
La firma obtuvo en 2015 la aprobación de esa soja, denominada HB4, en la Argentina, pero quedó condicionada la comercialización a una autorización en China. La tecnología ya tiene permisos respectivos también en los Estados Unidos, Brasil, Canadá y Paraguay. Todos estos países con la Argentina representan el 84% de la producción global de soja. Conocida la noticia, en el Nasdaq de los Estados Unidos la acción del Grupo Bioceres, que integra la firma, llegó a superar el 26% en un momento.
La génesis de esta soja viene de un trabajo que realizó la investigadora Raquel Chan, que encontró en el girasol el gen de la resistencia a sequía.
Como primer producto, la empresa apuntó a la soja tolerante a sequía, considerado clave para hacer frente a años de bajas precipitaciones como el último ciclo agrícola. La soja en la Argentina tiene una superficie estancada. En rigor, de los 20 millones de hectáreas que llegó a alcanzar ahora ronda los 16 a 17 millones de hectáreas. Con retenciones más altas que el maíz, resignó hectáreas, entre otros motivos.
En tanto, luego presentó el trigo tolerante a sequía. Este material en la Argentina se autorizó de manera condicional a un permiso de Brasil, el mayor comprador del trigo argentino. El vecino país dio un permiso de importación de su harina, no de grano todavía.
Bioceres integra el grupo Bioceres Crop Solutions (Biox), donde participan capitales argentinos. Está formado en un 50% por Bioceres, donde confluyen unos 300 productores agropecuarios y empresarios reconocidos como Hugo Sigman y Gustavo Grobocopatel. El otro 50% está en manos del mercado.
Recientemente, el grupo se quedó con una empresa de productos de bionutrición y cuidado de las semillas para el agro en los Estados Unidos a cambio de US$243 millones. Se trata de la compañía Marrone Bio Innovations, de Davis, California.
Reacciones
Bioceres indicó que el pedido de autorización en China había sido presentado el 21 de octubre de 2016. “Es la primera vez que un evento argentino recibe la aprobación de China”, indicó.
“Todos los principales productores de soja en el mundo ya lo habían aprobado. Ahora también lo hizo China, el principal importador y consumidor de soja. Esto confirma que nuestro país es pionero en su capacidad de innovar en biotecnología a nivel global”, indicaron desde Bioceres en redes sociales.
“El mundo necesita cada vez más alimentos, y enfrenta cada vez mayores amenazas climáticas. Hoy demostramos que Argentina puede ser líder en encontrar soluciones a uno de los grandes desafíos del siglo XXI. Estamos contentos y orgullosos”, agregaron.
“Bravo @grupobioceres Futuro allá vamos!!!!”, reaccionó en Twitter el empresario agroindustrial Gustavo Grobocopatel. Luego, Grobocopatel dijo a LA NACION: “La aprobación por parte de China es un gran paso hacia un futuro que estamos construyendo: los vegetales como fábricas, un modelo productivo que habla armónicamente con el medio ambiente, la felicidad del hombre como propósito central, la inteligencia al servicio del bienestar, entre otras cosas”.
Por su parte, Daniel Filmus, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, señaló: “La aprobación por parte del Gobierno chino de la soja transgénica argentina, desarrollada por un equipo liderado por Raquel Chan, científica del Conicet y directora del Instituto de Agrobiotecnología de la Universidad del Litoral, es un ejemplo virtuoso de la articulación público-privada que demuestra además la importancia de fomentar la inversión en Ciencia y Tecnología frente a aquellas voces que recomiendan no hacerlo y administraciones que hace no mucho tiempo incluso la redujeron”, dijo el funcionario.
Filmus agregó: “Este logro se traduce como el éxito de una industria pujante que permite agregar valor y generar trabajo allí donde están las materias primas, para así poder ampliar la capacidad productiva de las provincias, que en general, como en el caso de la soja, no se agota solamente en el cultivo, sino en la industria, esta industria pujante de la que hablo”.
La Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja) también se expresó: “@ACSOJA_Arg felicita a @bioceressemilla por el histórico hito de la aprobación de la soja HB4 tolerante a la sequía por China. Un reconocimiento al desarrollo e investigación argentina y un hecho relevante frente al desafío de la seguridad alimentaria que enfrenta el mundo”.
Desde la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara), fuentes de la entidad dijeron a este medio: “Celebramos las aprobaciones de la tecnología argentina como siempre”. Luego agregaron: “Pero de parte de la exportación solicitaremos las mismas garantías que se aplican en el trigo [en el caso del cereal transgénico las exportadores piden a los productores que expresen que su cereal no es transgénico], para evitar problemas en mercados que no tienen aprobada la soja HB4, que son la gran mayoría de los mercados”.