China condena con hasta tres años de cárcel a 10 jóvenes de Hong Kong que intentaron escapar a Taiwán

Los acusados han permanecido en aislamiento e incomunicados desde su arresto el pasado 23 de agosto.

China ha condenado este miércoles a penas de entre siete meses y tres años de cárcel a diez de los doce jóvenes de Hong Kong detenidos el pasado mes de agosto cuando intentaban escapar en una embarcación rumbo a Taiwán. Todos ellos estaban hasta entonces en libertad bajo fianza por cuestiones relacionadas con la participación en las protestas prodemocracia que sacudieron el territorio durante la segunda mitad del año pasado. La sentencia se conoce tan solo dos días después de que el lunes la periodista Zhang Zhan fuera condenada a cuatro años de cárcel por desafiar la narrativa oficial con su cobertura de la pandemia.

La sentencia del proceso iniciado el martes en Shenzhen, ciudad china al otro lado de la frontera con la excolonia británica, ha trascendido durante la mañana de este miércoles. Los jóvenes tienen edades comprendidas entre los 16 y los 33 años. Ocho de los acusados han sido declarados culpables de cruzar fronteras de manera ilegal. Otros dos, de nombre Tang Kai-yin y Quinn Moon, han recibido penas más duras por coordinar la evasión. Los dos restantes no han sido procesados al ser menores de edad y ya han sido devueltos a Hong Kong, donde pasarán la cuarentena obligatoria bajo custodia policial.

La severidad de la resolución varía en función de la responsabilidad de cada acusado. Tang ha sido sentenciado a tres años de cárcel y una multa de 20.000 yuanes (2.500 euros), mientras que Quinn ha recibido dos años y 15.000 yuanes (1.900 euros). Los ocho restantes cumplirán siete meses de prisión más una sanción de 10.000 yuanes (1.250 euros). Según la legislación vigente, el cruce ilegal de fronteras está penado con hasta un año de cárcel y hasta siete para los organizadores. “Las decisiones se han llevado a cabo tras considerar las circunstancias, consecuencias, actuación y arrepentimiento de cada acusado”, señalaba el comunicado emitido por las autoridades judiciales, incidiendo en que todos ellos habían admitido su culpabilidad.

El transcurso del juicio ha estado rodeado de mucha polémica. Pese a que oficialmente se trataba de una “sesión abierta”, periodistas y familiares han denunciado que no han podido acceder a la sala del Tribunal Popular de Yantian. Tampoco pudieron hacerlo un grupo de diplomáticos de varios países occidentales —Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Alemania, los Países Bajos, Portugal, Canadá y Australia— que acudieron ayer. La Embajada de EE UU en Pekín ha emitido un comunicado pidiendo la liberación de los encausados, apuntando que su “único delito” es “intentar escapar de una tiranía”.

Las fuerzas de seguridad han vallado el perímetro del edificio y han cortado la circulación en la calle adyacente. Su propósito era evitar escenas como las vividas el lunes durante el juicio contra Zhang Zhan, cuando varias decenas de personas se concentraron frente al Tribunal Popular de la Nueva Área de Pudong, en Shanghái, para mostrar su solidaridad con la periodista. Todos ellos, junto a los reporteros presentes en el lugar, fueron dispersados por la policía en una operación que se saldó con al menos nueve arrestos.

Los fugitivos han permanecido en aislamiento e incomunicados en Shenzhen desde su arresto el pasado 23 de agosto. Ese día, los doce, en libertad bajo fianza por su participación en las protestas en Hong Kong, embarcaron en una lancha motora en el muelle de Po Toi O con la aparente intención de escapar hacia Taiwán, a unos 700 kilómetros de distancia a través de mar abierto. Nada más abandonar aguas territoriales hongkonesas fueron interceptados por un equipo de guardacostas chinos.