Muchos prestatarios, sobre todo los jóvenes, están atrapados en ciclos de endeudamiento, debido a la escasa cultura financiera, el elevado desempleo juvenil y el estancamiento salarial.

China es una nación de ahorradores. El gobierno chino quiere que su pueblo gaste más y ahorre menos. También quiere que se endeuden más, todo para salvar a la economía de una crisis económica de cuatro años.
En marzo, el regulador financiero nacional instó a los bancos a ampliar los préstamos al consumo y ofrecer plazos de amortización más flexibles. El mes pasado, los legisladores prometieron ofrecer servicios financieros “innovadores” para impulsar el consumo.
Sin embargo, muchos consumidores chinos desconfían. Un número alarmante de ellos ya está incumpliendo el pago de su deuda.
De 2021 a 2024, el ahorro total de los hogares chinos creció un 50 por ciento, ya que la gente, asustada por la gran caída del valor de la vivienda, metió su dinero en los bancos. Durante el mismo periodo, el número de préstamos que los hogares no podían devolver casi se duplicó.
Para Pekín, ampliar el acceso al crédito puede parecer una forma rápida de estimular la economía. Pero este impulso para que los consumidores pidan prestado corre el riesgo de agravar una crisis de deuda personal cada vez más grande. Muchos prestatarios, sobre todo los jóvenes, están atrapados en ciclos de endeudamiento, impulsados por la escasa cultura financiera, el elevado desempleo juvenil y el estancamiento de los salarios.
Las personas atrapadas en el ciclo abarcan toda la gama: trabajadores de fábricas, jóvenes profesionales y trabajadores de la economía informal. Son personas que apenas llegan a fin de mes mientras viven con miedo al impago, a las llamadas de los cobradores de deudas y a una abrumadora sensación de vergüenza.
Una persona a la que entrevisté, un trabajador tecnológico de 27 años de Shanghái, dijo que a menudo pedía prestado a una aplicación en internet de financiación al consumo para devolver lo que debía a otra. Dijo que la ansiedad era abrumadora. “Me siento atrapado en un bucle sin fin”, dijo, y me pidió que utilizara solo su apellido, Xia. Las otras tres personas que entrevisté también pidieron no ser identificadas por temor a represalias del gobierno.
Estudiantes de la Universidad de Pekín en mayo. Los jóvenes prestatarios chinos, en particular, están atrapados en ciclos de endeudamiento.Credit…Andrea Verdelli para The New York Times
Una reciente encuesta trimestral realizada por el banco central chino con 20.000 encuestados en 50 ciudades mostró que los consumidores eran cada vez más pesimistas. Su percepción de la seguridad laboral ha caído a mínimos históricos. Su disposición a gastar ha descendido a niveles nunca vistos desde el apogeo de la pandemia de la COVID-19.
El año pasado, se calcula que entre 25 y 34 millones de personas incumplieron el pago de sus préstamos personales, el doble que en 2019, según Gavekal Dragnomics, una consultora de investigación. Si se incluyen los préstamos vencidos, pero aún no en mora, el número de prestatarios de riesgo se eleva a entre 61 y 83 millones. Esto equivale a entre el 5 y el 7 por ciento de la población total mayor de 15 años.
Al igual que en Estados Unidos, los impagos destrozan el historial crediticio personal en China, e impiden que las personas obtengan futuros préstamos y limitan significativamente su movilidad social. Pero el efecto punitivo podría agravarse porque China carece de un sistema formal de quiebra que permita a los particulares eliminar sus deudas.
Para muchas personas endeudadas, contraer más préstamos es un medio de supervivencia, no de consumo.
Xia, profesional de la tecnología en Shanghái, dijo que había empezado a pedir prestadas pequeñas sumas a través del servicio de pagos Huabei de Alipay durante la universidad para cubrir gastos básicos. Tras graduarse en 2019, su deuda se disparó, y alcanzó un máximo de más de 7000 dólares, una cantidad que sería manejable si tuviera un empleo estable. Pero dijo que había estado desempleado la mitad del tiempo desde su graduación.
En China es fácil obtener préstamos al consumo por internet, probablemente más que en otros países, dijo Victor Shih, economista de la Universidad de California en San Diego.
Todas las mayores plataformas de internet de China, con enormes bases de usuarios, tienen portales de préstamos. Trabajan con bancos estatales, deseosos de conceder préstamos a los consumidores desde que el colapso inmobiliario mermó su negocio. Los tipos de interés de los préstamos en línea suelen ser más altos que los de las tarjetas de crédito, y los pagos en línea se utilizan mucho más que las tarjetas de crédito en China.
Las ofertas de préstamos están por todas partes en internet. Al pedir comida para llevar en una aplicación de reparto, se pregunta a los usuarios si quieren pedir dinero prestado para pagar la comida.
Para obtener un préstamo, dijo Xia, a menudo solo hay que proporcionar información básica sobre la identidad y el empleo, y el dinero se desembolsa casi al instante.
Un taller de confección en Cantón, China. Las cargas de la deuda en China abarcan toda la gama, desde trabajadores de las fábricas hasta los jóvenes profesionales.Credit…Qilai Shen para The New York Times
A pesar de estar endeudado desde 2018, Xia dijo que apenas sabía cómo funcionaban los intereses o las puntuaciones crediticias. Ninguno de los cuatro prestatarios a los que entrevisté podía decirme los tipos de interés o las comisiones de sus préstamos.
Pero todos dijeron padecer ansiedad, depresión o insomnio. Uno de ellos, un repartidor de comida a domicilio de 26 años de Chongqing, me envió un correo electrónico a las 4 a. m. porque estaba demasiado estresado para dormir.
Otro hombre, agobiado por una deuda de 220.000 dólares tras varios fracasos empresariales y largos periodos de desempleo, me dijo que había pensado en tirarse de un edificio. Él y su esposa, ambos de unos 30 años, llevan dos años casi sin ingresos y sin suerte para encontrar trabajo desde que les dijeron que eran demasiado viejos.
El hombre, de apellido Shao, dijo que el 10 de junio no había pagado un préstamo. A las 9 a. m. del día siguiente, los cobradores llamaban sin cesar.
“Las llamadas están diseñadas para intimidar e insultar”, dijo. “Quieren presionarte para que encuentres una forma de devolver el dinero, ya sea que pidas otros préstamos o pidas prestado a amigos y familiares”.
Se había preparado leyendo sobre las experiencias de otros como él en foros en internet y hablando con amigos que trabajan en empresas de cobro de deudas. Aun así, la presión era insoportable.
Shao aún no experimenta lo que muchos consideran la peor parte: la vergüenza pública. Los cobradores empezarán a llamar a familiares y amigos de la lista de contactos telefónicos del prestatario, una táctica prohibida en principio, pero aún muy utilizada.
Muchos prestatarios sienten esa vergüenza mucho antes de incumplir una deuda. Los valores sociales están cambiando, pero los chinos mayores que han vivido tiempos difíciles tienden a juzgar con severidad a los jóvenes.
Después de escuchar el episodio de mi pódcast chino sobre este tema, una mujer de negocios me envió un largo mensaje de texto: “¿Dónde han ido a parar nuestras virtudes chinas: diligencia, frugalidad y vivir dentro de nuestras posibilidades?”.
“El mecanismo crediticio es una trampa de miel”, comentó un oyente del pódcast, “diseñado precisamente para atrapar a la gente común en sus momentos más débiles”.
Otro comentario utilizó una locución china para comparar el impulso de Pekín a los préstamos al consumo con “beber veneno para calmar la sed”, y argumentó que no hace nada por atajar las causas subyacentes de la debilidad del consumo —dificultades económicas y una red de seguridad social inadecuada— y se limita a retrasar lo inevitable al fomentar el endeudamiento contra el futuro.
Los legisladores han planteado propuestas como un programa de “reparación del crédito” para ayudar a quien incurra en impago a recuperar el acceso a los préstamos, pero los analistas afirman que establecerlo podría llevar tiempo. Las autoridades también limitan a los cobradores de deudas a no más de tres llamadas al día por persona y prohíben las llamadas en horas no laborables. Aun así, las quejas contra los cobradores de deudas aumentan, lo que sugiere que la aplicación de la ley es deficiente.
Y sin un sistema de bancarrota personal en China, hay pocas formas de saldar la deuda. El impago de un préstamo puede dejar una marca permanente.
El sentimiento de desesperación por la deuda de los consumidores está muy extendido.
En el sitio de videos Bilibili, una cuenta llamada Quitting Society funciona como una sala de reuniones de apoyo en línea para deudores. Durante las sesiones en directo, el presentador, de 30 años, lee confesiones de personas que dicen ser adictas a los préstamos en línea. Su consejo más importante: díselo a tus padres y busca ayuda inmediatamente.
La cuenta tiene más de un millón de seguidores. Una etiqueta que insta a todos los prestatarios en línea a ver los videos ha atraído 170 millones de visitas y más de 70.000 comentarios en la red social Weibo.