Pekín plantea que sus 37 millones de trabajadores públicos se beneficien del sistema de capitalización de pensiones, a imagen y semejanza de Chile.
El año 2014 estuvo marcado en Chile por el enfriamiento de la economía. Las expectativas de crecimiento y de creación de empleo fueron revisadas a la baja, coincidiendo con el regreso al poder de Michelle Bachelet. Sin embargo, elsistema de pensiones del país latinoamericano salió fortalecido, ofreciendo retornos crecientes a sus beneficiarios. ¿Cómo se explica esto?
La respuesta está en la naturaleza del modelo chileno de pensiones. En vez de tratarse de un sistema “de reparto”, en el que el descenso de las cotizaciones conlleva la rebaja de las prestaciones, Chile mantiene un modelo “de capitalización”, en el que cada trabajador invierte su ahorro mensual en productos financieros más o menos conservadores, de acuerdo al perfil de riesgo elegido.
Así las cosas, los trabajadores que optaron por un perfil de mayor riesgo (fondos tipo “A”) se beneficiaron de una rentabilidad del 15,23% a lo largo de 2014. En términos reales, la ganancia sería del 8,9%. A continuación, los fondos de perfil medio (tipo “C”) lograron una ganancia similar, equivalente al 15,16% en términos nominales y al 8,48% en términos reales. Así se desprende de los datos publicados por la Superintendencia de Pensiones a finales del año 2014.
A continuación, después del 15,23% alcanzado por los fondos “A”, nos encontramos con las rentabilidades obtenidas por los trabajadores que eligieron fondos de tipo “B”: este perfil, el segundo de mayor riesgo, alcanzó un retorno nominal medio del 14,52%, que ajustado a inflación seguiría suponiendo un 8,1%. En el caso del tipo “D”, el segundo paradigma más conservador de los que se ofrecen a los trabajadores chilenos, la rentabilidad fue del 13,69% en términos nominales y del 7,2% tras descontar el aumento general de los precios.
Por último, el fondo tipo “E”, que constituye la fórmula más conservadora ya que el 95% de sus activos están invertidos en renta fija, logró la ganancia media más elevada de su historia: un 12,6%, por encima del pico del 9% que se alcanzó en 2007.
China toma nota del modelo chileno
El modelo de capitalización ha llamado la atención del Gobierno chino, cuya reforma fue anunciada en diciembre de 2014 por el Vicepresidente Ma Kai. En la actualidad, los funcionarios y trabajadores públicos chinos se benefician de un modelo de reparto basado en asignaciones del presupuesto general, mientras que en el sector privado se fija una cotización mensual del 8%.
En adelante, se espera que los 37 millones de trabajadores que forman parte del sector público chino pasen a estar dentro de un nuevo sistema de pensiones inspirado en el modelo chileno. El objetivo central es crear una conexión directa entre aportaciones y beneficios, a la manera del sistema diseñado por José Piñera en el país latinoamericano.
El ejemplo chileno ya está vigente en Hong Kong, donde los trabajadores cobran su jubilación a partir de un sistema de capitalización. A mediados de los años 90, se planteó el posible cambio del modelo, con ánimo de emular el sistema “de reparto” que está vigente en países como España. No obstante, el delegado chino en la isla, Zhou Nan, desaconsejó la reforma y criticó la voluntad de llevar “costosas ideas eurosocialistas a Hong Kong”.