China ha construido una presa tan colosal que ha alterado para siempre la rotación de la Tierra

La presa de las Tres Gargantas es la planta hidroeléctrica más grande del mundo, y ha modificado ligeramente la inercia terrestre.

China sigue demostrando su potencial tecnológico con obras de una magnitud difícilmente comparable. Uno de los ejemplos más extremos es la presa de las Tres Gargantas, una de las infraestructuras más colosales jamás construidas, que ha logrado un efecto increíble: alterar ligeramente la rotación de la Tierra.

Situada en la provincia de Hubei, en el este del país, sobre el río Yang-Tsé, el más largo de Asia, esta presa tiene una misión doble: generar energía hidroeléctrica (es la planta hidroeléctrica más grande del mundo) y controlar inundaciones. Sin embargo, sus efectos van mucho más allá del ámbito regional e incluso continental. Según un informe publicado por el medio científico IFLScience, el desplazamiento masivo de agua provocado por la infraestructura ha tenido un impacto en el movimiento del planeta.

Una obra gigantesca con consecuencias planetarias
La presa, que canaliza tres gargantas para maximizar la producción eléctrica y que entró en pleno funcionamiento en el 2012, redistribuye miles de millones de litros de agua. Esta reubicación de masa ha alterado levemente la inercia del planeta, un fenómeno similar al que hacen los atletas cuando ajustan su centro de gravedad para mejorar su rendimiento, o los pilotos de carreras cuando redistribuyen el peso del vehículo.

Los efectos, aunque mínimos, son medibles: la rotación de la Tierra se ha modificado en 0,06 microsegundos, y el polo terrestre se ha desplazado unos 2 centímetros. Aunque imperceptible para las personas, este cambio puede tener implicaciones para instrumentos de alta precisión como los relojes atómicos, que miden el tiempo con extrema exactitud. A largo plazo, esto podría obligar a realizar pequeños ajustes en la medida del tiempo oficial. Y todo por una infraestructura humana.

Un precedente único
El impacto de la presa de las Tres Gargantas, que mide 185 metros de altura y 2,3 kilómetros de ancho, abre el debate sobre el poder de la ingeniería humana para modificar elementos fundamentales del planeta. Aunque la alteración de la rotación no supone ningún peligro, sí plantea interrogantes sobre los límites de la intervención humana en el medio natural.

Este proyecto, que ya se considera uno de los hitos de ingeniería más destacados del siglo XXI, es un testimonio claro de que China no sólo construye a una velocidad récord , sino también con una escala que puede llegar a influir, literalmente, el funcionamiento del mundo. De entrada, ya ha modificado la rotación del planeta.