Su objetivo es contar con una base permanente tripulada en 2022.
En su ambiciosa carrera por convertirse en una nueva superpotencia en el cosmos, China ha anunciado hoy que lanzará el módulo principal para su primera estación espacial en torno a 2018, uno de los pasos clave en su plan por contar con una base permanentemente tripulada operando para el año 2022.
Se trata del módulo “Tianhe-1”, palabra que se puede traducir por “galaxia” o “Vía Láctea”, explicó a la agencia Xinhua el portavoz de la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China, Wang Zhongyang, quien sin embargo no quiso dar detalles sobre su naturaleza o estructura. “Más tarde, se lanzarán dos laboratorios espaciales que se acoplarán con el módulo principal” añadió, cifrando en 20 toneladas el peso de cada uno de ellos.
Además de proporcionar estos datos, Wang aprovechó la ocasión para resaltar que si la Estación Espacial Internacional (ISS), que ya ha extendido su servicio, se retira en 2024, “la nueva estación china será la única operativa en el espacio exterior” a partir de esa fecha.
El recelo de Estados Unidos
El avance del programa espacial es una de las máximas prioridades para China, cuyo presidente, Xi Jinping, ha hecho repetidos llamamientos para que el país se convierta en una potencia más allá de los cielos. Pero a pesar de que Pekín siempre ha defendido el carácter pacífico de sus intenciones, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos no ve con buenos ojos sus avances en este campo, y señala que las actividades chinas están orientadas a impedir que sus adversarios hagan uso del espacio durante una crisis.
“Aunque China intenta incrementar su agenda comercial, espacial y científico-espacial, la base de su programa espacial sigue siendo la búsqueda de ventaja militar para el Ejército de Liberación Popular” dijo el año pasado Richard Fisher, investigador principal del Centro Internacional de Estrategia y Evaluación de Asuntos Militares Asiáticos, que asesora a los EE.UU.
Meteórico desarrollo espacial
Pero estas palabras no parecen hacer mella en el país asiático, que este año, según Wang, lanzará al espacio su segundo laboratorio espacial orbital, Tiangong-2, y la aeronave Shenzhou 11, que llevará a bordo dos astronautas y se acoplará con Tiangong-2.
Estas operaciones continuarán en 2017 con el envío de la primera nave de carga Tianzhou-1 (“buque celestial” en español), que se acoplará con Tiangong-2 y probará algunos sistemas importantes. Después de que la estación espacial entre en operación, Pekín planea el envío de un telescopio espacial similar al Hubble que “estará en una unidad espacial separada y compartirá la órbita al lado de la estación espacial”, apuntó Wang.
Por otra parte, Xinhua también dio a conocer hoy que China está desarrollando brazos robotizados para su uso en la estación espacial, y que los técnicos y científicos han construido ya un primer prototipo de diez metros cuyo extremo final no estaría fijado, por lo que podría reptar de forma similar a una serpiente por la superficie de la estación para alcanzar cualquier punto de la instalación.
China como potencia espacial
Pese a que China ha logrado grandes avances durante los últimos años, todavía se encuentra por detrás de países como Estados Unidos o Rusia. Como narró en una entrevista con este diario en 2014 el ingeniero aeroespacial y director del Centro Nacional de Ciencia Espacial de China, Ji Wu, fue el rechazo estadounidense a la participación china en la ISS lo que forzó a su país a construir su propia plataforma orbital. “Los objetivos políticos son muy importantes pero, además, vamos a tener oportunidad de hacer grandes contribuciones en astronomía, física, ciencias de la vida… Hay muchas cosas que podemos hacer” dijo en aquel entonces.
Un año antes, en 2013, la segunda economía mundial se convirtió en el tercer país del mundo en llegar a la Luna con una sonda espacial, la Change 3, que tocó suelo lunar con el vehículo científico “Yutu”, que pese a sus problemas técnicos iniciales hoy sigue mandado información a la Tierra.
En enero de este año, las autoridades del país anunciaron que tratarán de alunizar una sonda espacial en el lado oculto de la Luna -la parte no visible desde la Tierra- en 2018, y convertirse así en el primer país en conseguirlo.