China legalizará a sus ‘niños invisibles’

Más de 13 millones de personas, la mayoría segundos hijos, no están registrados. El Gobierno les otorgará el ‘hukou’, un documento vital que les permitirá acceder a servicios básicos como la sanidad o la educación, hasta ahora vetados.

chinos-invisiblesCada vez que la hija de tres años de Li Jing comienza a llorar pidiendo ver a su padre, su madre trata de consolarla diciéndole que tiene que esperar “porque papá trabaja en otro país”. A su marido, su empresa lo trasladó al extranjero en octubre y, pese a que le permitían que su familia le acompañara, Li y sus dos hijos tuvieron que quedarse en China mientras que él se tuvo que marchar.
Según relató la mujer al diario China Daily, el motivo fue que la pequeña era la segunda hija de la pareja, un hecho que trasgredía la política del hijo único que estableció Pekín a finales de los 70. Como castigo, las autoridades privaron a la niña de hukou, el documento de registro civil chino, algo por lo que más tarde no pudo obtener un pasaporte para salir del país.
De esta manera, la menor pasó a engrosar desde su nacimiento las filas de los llamados ‘niños negros’, una comunidad “indocumentada” que según un censo de 2010 se estima superior a los 13 millones de personas en el país (el 1% de la población) y que hasta hace dos días permanecían fuera de la ley.
Sin embargo, con el histórico anuncio hecho público este miércoles, la situación de todos ellos está a punto de cambiar. Ese día, el presidente chino, Xi Jinping, dio a conocer la decisión de su gobierno de otorgar el hukou a todos aquellos que no lo poseen, un documento vital que les permitirá acceder a servicios básicos hasta ahora vetados para ellos como la sanidad o la educación.
La buena nueva se hizo pública en un comunicado emitido tras la reunión semanal del Consejo de Estado presidida por el propio Xi. En él, las autoridades reconocían la importancia de que todos los ciudadanos chinos tengan acceso al preciado hukou, un documento que les capacita para “participar en asuntos sociales, disfrutar de derechos y cumplir con sus deberes”.
Se calcula que los ‘segundos hijos’ podrían suponer hasta el 60% de esos 13 millones de ‘niños negros’ que habitan en China, pequeños que entraron en este grupo ante la imposibilidad por parte de sus padres de pagar las multas asociadas al quebranto de la ley del hijo único. Además, la medida también afectará a otros colectivos sin hukou, como los huérfanos, vagabundos, hijos de madres solteras -ya que los hijos fuera del matrimonio son ilegales-, los abandonados o aquellos que en su día perdieron el documento sin querer.
Este importante documento fue implantado en China por Mao Zedong en 1958 con el fin de frenar masivas emigraciones de población del campo a la ciudad. En vigor desde entonces, su concesión está ligada a complejos trámites, y solo puede conseguirse en la ciudad natal de cada persona. Por eso, algunos expertos opinan que la cifra real de personas no registradas podría ser aún mayor que la anunciada oficialmente si se consideran los casos de inmigrantes del campo a la ciudad que no obtuvieron documentos de residencia y otros casos.
La reforma ya se había anticipado en semanas anteriores, especialmente desde que el ministro de Seguridad Pública chino, Guo Shengkun, presidiera a finales de noviembre un encuentro para tratar el problema de este colectivo y advirtiera de que si su situación no era corregida, acarrearía un aumento de la inestabilidad social. Sus palabras se sumaron a las voces que desde hace tiempo llevan solicitando la legalización de estas personas olvidadas por la administración, un clamor que ha aumentado tras la publicación de estudios que piden una mayor urbanización de China como nuevo motor de desarrollo.
Además, la nueva medida se ha dado a conocer pocas semanas más tarde de que el Partido Comunista de China conviniera en poner fin a la controvertida política del hijo único tras 35 años en vigor y permita a todas las parejas tener dos vástagos, una decisión con la que esperan poder invertir el pronunciado envejecimiento de su población. No en vano, según la Comisión de Población y Planificación Familiar de China, se calcula que el país podría tener ahora unos 1.700 millones de habitantes si no se hubieran puesto en práctica políticas demográficas como la de tener un solo niño, en lugar de los casi 1.400 millones actuales.
En general, la medida anunciada el miércoles fue bien recibida por expertos de la nación asiática. Y es que, como declaró a Efe Li Fan, del Instituto de Estudios de China y el Mundo, “la anterior política demográfica tuvo sus problemas” y a veces se olvidó de los ‘heihu’ (como en el país se conoce a los niños no registrados), “unos ciudadanos que tienen las mismas necesidades que los demás”.