China suspendió las importaciones de carne de vacuno de cuatro proveedores en Australia, los cuales representan el 35% de las exportaciones de carne de vacuno de ese país hacia China. El embajador chino amenazó con represalias por la investigación sobre el origen del coronavirus que pidió el primer ministro australiano.
Si bien Trump está casi solo en sus acusaciones contra China sobre el origen del coronavirus, otros dirigentes han cuestionado públicamente la transparencia de Pekín.
“En China ocurrieron hechos que el mundo desconoce”, dijo el presidente Macron evocando el inicio de la pandemia.
Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, fue más directo: “Es necesario estudiar de manera independiente lo que pasó en China, cuáles fueron las circunstancias que permitieron el desarrollo de esta pandemia”.
Pero hace una semana, el primer ministro australiano Scott Morrison fue más lejos que los europeos. “Nadie duda de que la pandemia emergió en China, el mundo necesita saber cómo surgió y qué lecciones podemos sacar”, dijo.
Morrison prometió que ejercería presión en la próxima asamblea general de la Organización Mundial de la Salud para obtener la apertura de una investigación sobre la pandemia.
Justo después, Pekín amenazó a Canberra con el boicot de productos y de universidades.
Es en este contexto que se inscribe la decisión este martes de Pekín de suspender la importación de carne de vacuno de cuatro proveedores australianos, un negocio que se eleva a más de 1.100 millones de dólares.
Las tensiones entre Australia y China corren el riesgo de extenderse a otros sectores económicos, en un contexto de crisis sanitaria, por ejemplo aranceles a la cebada australiana.