China ha resuelto poner coto al número de visitas que los habitantes de Shenzhen podrán realizar a su vecina Hong Kong, decisión con la que trata de apaciguar el malestar creado en la ex colonia británica ante el constante aumento del número de compradores que cruzan la frontera a diario para adquirir artículos en sus tiendas.
Hasta ahora, a los residentes de la industrial Shenzhen se les permitía cruzar esta frontera a diario merced al visado de entrada múltiple. Sin embargo, la nueva normativa establece que desde este lunes solo podrán hacer ese trayecto -que dura escasos minutos en bus o tren- una vez a la semana, según informó la agencia china Xinhua.
Desde principios de año, Hong Kong ha registrado numerosas protestas contra estos compradores de la China continental. Con rudeza y acritud, los hongkoneses se quejan de que este mercadeo desaforado de productos de todo tipo tiene consecuencias nefastas para la población local, como el encarecimiento de ciertos bienes, la subida de los alquileres de los locales comerciales o la saturación de sus calles y del sistema de transporte público.
“El número de visitantes ha puesto demasiada presión en los puntos fronterizos y la capacidad de Hong Kong para absorver a tantos turistas se ha visto desbordada” reconocía una fuente policial a Xinhua. “Por eso el gobierno ha decidido ajustar las políticas de viaje”.
Policías de ambos lados de la frontera han intentado repetidamente poner freno al trapicheo transfronterizo, pero sin apenas resultados. Tras la crisis de la fórmula infantil adulterada que en 2008 causó la muerte de seis bebés en China, las autoridades de Hong Kong impusieron un límite de dos botes de leche en polvo por persona ante la gran demanda generada en el país asiático. Desde entonces, solo han detenido a unas 2.000 personas de entre los millones que cada año cruzan la frontera, y las penas que se les imponen son mínimas.
En el año 2012 se produjeron varias protestas por esta cuestión, y algunos partidos políticos ya abogaban en aquel momento por reducir el número de visitantes. Ronal Leung, portavoz de la Asociación del Distrito Norte contra el Comercio Paralelo, cree que “la medida es positiva y muestra que por medio de las protestas Pekín puede ser forzado a hacer concesiones”.
A su parecer, para que se aprecien los efectos de esta cambio “habrá que esperar hasta fin de año”, ya que aquellos que ahora mismo disfrutan de una visa de entrada múltiple podrán seguir utilizándola hasta el último día de su validez.
Tras el anuncio oficial de la nueva normativa, el jefe del Ejecutivo de la Región Administrativa Especial, CY Leung, declaró a los medios que este cambio “ha sido auspiciado por la petición que en su día hizo el gobierno de Hong Kong a las autoridades centrales”. Según dijo, “la nueva política busca acabar con el comercio paralelo”, y resaltó que “Hong Kong todavía es una ciudad donde son bienvenidos los turistas de todo el mundo, incluidos los de la China continental”.
La visa de entrada múltiple se adoptó en el año 2009 a petición de las propias autoridades de Hong Kong. Desde ese momento, el número de visitantes ha crecido de casi un millón y medio hasta los 15 millones registrados en 2014. Con este nuevo sistema, se espera que se produzca una bajada de 4,6 millones de personas, un 30% del total.
Queda por ver cómo se resentirá la economía de Hong Kong con este cambio. Actualmente, el turismo representa el 5% del total de la economía de la ciudad. En 2014, los turistas de la China continental hicieron 47,2 millones de visitas, lo que supuso un incremento del 16% respecto al año anterior.
Estas cifras continuaron incrementándose hasta el mes de marzo, cuando se produjo una bajada que muchos atribuyeron a las protestas, lo que ha provocado que asociaciones como la Hong Kong Retail Management Association hayan mostrado su precupación ante unas medidas que algunos pueden interpretar como que los turistas de la China continental ya no son bienvenidos en la ciudad.