Ciencia femenina

Prestigiosas científicas opinan sobre un fenómeno que sólo se da en nuestro país y se replica en la región.

Ciencia-femeninaEn el país la ciencia se viste de mujer. Y esa tendencia, única en el mundo, tiene su correlato en nuestra región. Las estadísticas oficiales indican que en los últimos tres años el 64% de quienes ingresaron a la carrera de investigador en el ámbito del Conicet platense fueron mujeres, y que también hicieron una cruz en el casillero “F” casi 6 de cada 10 becarios que se incorporaron al sistema de ciencia y técnica en el mismo período.
En el centro o instituto de investigación, en el nuevo “edificio de ciencias”, o en un laboratorio de alguna facultad platense, entre quienes todos los días trabajan en silencio buscando mejorar la calidad de vida de la comunidad, prevalecen las mujeres. Pero, como se dijo, eso ocurre solamente en Argentina y es una “tendencia creciente”.
“Hubo un fuerte cambio de mentalidad en las mujeres”, coinciden investigadoras platenses consultadas sobre un fenómeno que, hace poco, fue destacado por la directora general de la Unesco, Irina Bokova, durante un foro mundial del que participaron los 108 países miembros de la organización. Allí dijo que Argentina es “un ejemplo en el mundo” por la alta cantidad de mujeres activas en ciencia.
Los números son contundentes. En nuestro país, el 62% de quienes se dedican a la ciencia son mujeres, frente al 20% en Estados Unidos, el 25% en Europa, el 4% en Japón. Son apenas algunos ejemplos que arrojan los últimos datos oficiales de la organización de Naciones Unidas dedicada a la educación, la ciencia y la cultura.
Una foto actual del Conicet a nivel país dice que entre 2003 y 2014 el número de investigadoras en el organismo pasó de 1.625 a 4.410, y hoy representan el 52% del total. Pero en “la base de la pirámide” hay números que confirman que el fenómeno va in crescendo : en esos años la cantidad de becarias aumentó de 1.342 a 5.715 para pasar a constituir el 60% del total de becarios. En otras palabras, entre quienes fueron seleccionados para recibir una beca, hacer un posgrado e ingresar a la carrera de investigador el día de mañana, el porcentaje de mujeres es mucho mayor que en las categorías altas del sistema.
Lo mismo ocurre en la Región. Si se toma en cuenta el total de investigadores (995) las mujeres son mayoría (512, o el 51,5%). Pero como se resaltó, desde 2012 el 58% de los becarios y el 64% de quienes ingresaron a la carrera de investigador son de sexo femenino.

DERRIBANDO MITOS

Durante mucho tiempo y hasta no hace tanto, los hombres se solían preguntar “por qué no destacan las mujeres en la ciencia”. Y hasta existía una respuesta supuestamente seria: ellas tenían capacidad para hacer bien varias cosas a la vez y el varón para concentrarse en una o en pocas. La “hipótesis”, tanto en el país como en sus provincias -como Jujuy (59% de investigadoras y 74% de becarias) o Neuquén y Tucumán (60 y 68%), por poner apenas 3 ejemplos- y en la Ciudad, se hizo trizas.
No por nada, las científicas platenses comenzaron una larga y amena charla sobre el tema poniendo como una de las numerosas causas del fenómeno precisamente la capacidad femenina de “trabajar en red y de llevar adelante varias tareas a la vez”. Lo dijo Pilar Peral García, madre de 4 hijos, abuela de una nena, licenciada en Zoología, doctora en Ciencias Naturales, profesora titular de Genética Animal en la facultad de Veterinaria, directora del Instituto de Genética Veterinaria (Igevet) y vicedirectora del Conicet La Plata.
“Es cierto que hoy el hombre está a la par de la mujer a nivel doméstico, sin embargo hay cosas de las que sólo se ocupan las mujeres. Por eso yo siempre digo, y lo veo a diario en el trabajo, que tenemos un poder energético, un vigor que es un plus muy grande”, afirma la directora del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave), Alda González, también licenciada en Zoología y doctora en Ciencias Naturales. Titular de la cátedra de Zoología General en la facultad de 122 y 60, lleva casada 44 años, tiene 2 hijos y 6 nietos.
En el Cepave se llevan a cabo -entre otras cientas- investigaciones sobre cómo combatir por medios naturales las cucarachas domiciliarias y los piojos. Su difusión causó una suerte de “furor” en la Ciudad. ¿La prevalencia femenina en la ciencia puede implicar que exista una mirada más inclinada hacia la solución de problemáticas del día a día?
“Yo diría que la mujer aporta mayor sensibilidad en general, y ello puede darse también en el campo de las ciencias duras, como la física o la química. Además se nota a nivel laboral, donde la mujer contiene y acompaña mucho, por ejemplo al becario en su camino hacia la carrera de investigador. Es un poco madre, sin descuidar un ápice el nivel de exigencia; se nota sobre todo en el trato hacia las becarias embarazadas”, reflexiona la directora del Instituto de Limnología de La Plata (Ilpla), Nora Gómez, licenciada en Ecología y doctora en Ciencias Naturales con orientación en Ecología y Conservación de los Recursos Naturales Renovables. “Sí, el nombre es muy largo”, bromea la profesora adjunta de Protección y Conservación de la Naturaleza, y madre de dos hijos.
Alda González también nota esa “sensibilidad” en la “mayor predisposición de las chicas cuando hay que hacer talleres en los barrios o ir a las escuelas, les tira más ayudar en soluciones prácticas, quizás el hombre es más teórico”, dice.
Para la multipremiada ingeniera Noemí Zaritzky fue muy fuerte el cambio de mentalidad que hubo en la mujer. “Es cierto que ahora hay herramientas como las licencias por maternidad, las guarderías, y hasta cierta contemplación (en tiempos, nunca en exigencia, aclaran todas) hacia la mujer embarazada o madre, pero yo veo que sobre todo las jóvenes han tomado conciencia real de su lugar en la sociedad”, dice la directora del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos (Cidca), quien se graduó como ingeniera química a los 20 años y encabezó numerosas investigaciones de impacto tecnológico en el área de alimentos y medio ambiente.
Doctora en Ciencias Químicas, madre de 3 hijos y abuela de 4 nietos, Zaritzky es titular de dos cátedras en la facultad de Ingeniería: Transferencia de Cantidad de Movimiento y Transferencia de Energía y Materia. Remarca que es innegable la prevalencia femenina en la ciencia, pero pone sobre la mesa un dato importante: “Cuando se reactiva la industria, el que se va casi siempre es el hombre, ya que los sueldos son mucho mayores, en cambio las mujeres se quedan investigando”.

LA RESISTENCIA CIENTIFICA

“Es cierto”, dice Nora Gómez, aunque acota que la mujer también ha ejercido una suerte de resistencia científica en los malos momentos. “Cuando (el ex ministro de Economía, Domingo) Cavallo nos mandó a lavar los platos, las que más resistimos en los institutos y laboratorios fuimos nosotras”, realza.
La Ecóloga opina asimismo que las mujeres son “más perseverantes”. “Cuando se nos mete algo en la cabeza, allá vamos. Y somos metódicas, prácticas, organizadas, no sé, quizás por la educación que recibimos de chicas”, deja caer.
Y así, la directora del Ilpla pone sobre la mesa un tema clave. Un informe publicado por este diario en base a estadísticas oficiales de la Universidad platense indica que del total de egresados de las 17 facultades el 63% ya son mujeres. Y las alumnas consultadas al respecto también hablaron de “perseverancia” y de “organización” entre algunas de las causas que deducían del día a día en las aulas.
La cuestión es que las universidades en general y la platense en particular son el “alimento” permanente del sistema de ciencia y técnica.
“En Sudamérica la mayoría de las universidades son pagas. Nuestro sistema, en cambio, es una motivación para las mujeres, pues además ya entran a una organización que las contiene desde el comienzo. Por eso, el semillero del mundo científico tiene una parte histórica, permanente, como la universidad, y otra más reciente que se relaciona con el apoyo innegable que tuvo el sector y que mejoró sustancialmente las oportunidades”, apunta Nora.
Pilar Peral García habla de un círculo virtuoso. “La universidad alimenta al sistema científico, de allí vienen los becarios y futuros investigadores. Pero hay que recordar que todos los investigadores somos, a su vez, docentes en la universidad, y promovemos la ciencia entre los alumnos. La retroalimentación, por lo tanto, es constante”, enfatiza. “Es que al frente del aula, nosotras, naturalmente, les exponemos a los alumnos ejemplos de nuestro trabajo cotidiano”, añade Noemí Zaritzky, quien como alumna cursó junto a dos compañeras mujeres y 70 varones y ahora afirma que en ingeniería química la relación de género se invirtió.
Cuando surge el tema de la toma de decisiones ante temas conflictivos, algunas opinan que el hombre es más decidido. Otras, que no. Concluyen que, en rigor, hay “hombres y hombres” y “mujeres y mujeres”. En lo que sí coinciden plenamente es en que la mayoría creciente de mujeres en la ciencia aún no se refleja en las categorías más altas de la carrera de investigador ni en los cargos ejecutivos. “Pero a este ritmo, todo se va a equilibrar”, dice Pilar.

“ALGO NATURAL”

Datos objetivos: de las 26 unidades ejecutoras que tiene el Conicet La Plata, 5 están a cargo de mujeres: el Cidca, el Ilpla, el Cepave y el Igevet, además del Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS), que conduce la profesora, licenciada y doctora en Letras Gloria Chicote, actualmente en viaje de trabajo.
Finalmente coinciden en que su condición de mujer no representó un obstáculo en sus carreras. “Fue algo natural”, dice Noemí.
Asimismo acuerdan en que otro mito que cayó desde un “vigésimo” piso y se estrelló contra la realidad es el que afirmaba que había disciplinas más indicadas para la mujer y otras para el hombre. “Con matices, ambos se pueden desempeñar igual en todas las áreas del conocimiento”, subraya la ingeniera Zaritzky.